viernes, 14 de junio de 2019
jueves, 13 de junio de 2019
SETENTA AÑOS
Un anciano fue a casa del médico. Cuando le hubo explicado que sus facultades intelectuales declinaban, el médico respondió:
"¡Eso se debe a tu avanzada edad!
-¡También mi vista se debilita!
-¡Claro, porque eres viejo!
-¡Me duele mucho la espalda!
-¡No es más que un efecto de la vejez!
-No digiero nada de lo que como.
-¡Si tu estómago es débil, es por culpa de tu mucha edad!
-Y cuando respiro siento como una opresión en el pecho.
-¡Es normal! ¡Eres viejo! ¡Y la vejez trae muchos males!"
El anciano, entonces, se enfadó:
"¡Gran idiota! ¿Qué significa toda esa palabrería? No sabes nada de la ciencia de la medicina. ¡Eres más ignorante que un asno! ¡Dios ha creado un remedio para todos los males, pero tú lo ignoras! ¿Así es como has aprendido tu oficio?"
El médico respondió:
"¡Tienes más de setenta años! ¡De ahí es de donde proceden también tu cólera y tus amargas palabras!"
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
miércoles, 12 de junio de 2019
MIEDO
Después de haber vertido mucha sangre, unos guerreros turcomanos saquearon un pueblo. Capturaron a dos campesinos y decidieron matar a uno de ellos. Mientras lo ataban, el campesino preguntó:
"¿Por qué matarme así, sin razón?"
Los guerreros respondieron:
"¡Para atemorizar a tu amigo y forzarlo a que nos revele dónde ha ocultado su oro!"
El campesino exclamó:
"¡Pero él es más pobre que yo! ¡Mejor matadlo a él y, entonces yo, presa del terror, os diré dónde he escondido mi oro!" ¡Es un favor de Dios que vivamos hoy y no en aquella época!
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
martes, 11 de junio de 2019
lunes, 10 de junio de 2019
PLEGARIAS
Cuatro indios entraron en la mezquita para prosternarse ante Dios, con el corazón en paz. Pero, de pronto, el almuédano entró también en la mezquita y uno de los indios dejó escapar estas palabras:
"¿Se ha recitado la llamada a la oración? ¡Si no es así, nos hemos adelantado!
-¡Cállate!, le dijo el otro; ¡con tus palabras, has invalidado tu oración!
-¡Cállate tú también, porque acabas de hacer lo mismo!"
Y el cuarto añadió:
"¡Gracias a Dios, yo no he hablado, y mi oración sigue siendo válida!"
Es una verdadera bendición el no ocuparse uno sino de su propia vergüenza.
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet
domingo, 9 de junio de 2019
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