jueves, 6 de diciembre de 2018

ALIMENTACIÓN VEGETARIANA


Nada incrementaría tanto la posibilidad de supervivencia sobre la Tierra como el paso a una alimentación vegetariana.
(Albert Einstein)


Las personas vegetarianas han de oír preguntas como:

«Pero ¿no comes ni carne ni pescado?», «¿No sufres anemia?», ¿Y qué comes?» en casi todos los eventos sociales con alimentos en los que participan.

La dieta vegetariana y la vegana —esta última prescinde también de la leche y los huevos— nos llaman la atención al mismo tiempo que nos extrañan, pero en otras culturas este tipo de alimentación es la básica y natural.

Somos lo que comemos, no solo físicamente, sino también mental y emocionalmente. Tomar conciencia de qué sirves en tu mesa es una forma de tener conciencia y respeto por la vida, siendo libre de elegir un camino u otro.

Muchos personajes famosos optaron por esta alimentación: Sócrates, Newton, Edison o Einstein, pasando por Henry Ford, Martin Luther King o Leonardo da Vinci.

Pero ¿por qué ser vegetariano?

1. Salud. La dieta vegetariana es rica en fibra y antioxidantes. Es cardiosaludable, pues se aleja de las grasas saturadas y el colesterol, motivos por los que desintoxica el cuerpo, aporta energía y refuerza el sistema inmunitario. Previene la obesidad, y las personas que siguen esta dieta tienden a estar en un peso idóneo, sin problemas para mantenerlo, pues su alimentación es baja en calorías y grasas.

Según estudios realizados por la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA), el 95% de los residuos de pesticidas, hormonas, metales pesados, etcétera, elementos todos ellos altamente cancerígenos y tóxicos que podemos encontrar en nuestro cuerpo, provienen de las carnes rojas, los productos lácteos y el pescado.

Por estos motivos, y muchos otros, cada día son más los médicos que se suman a la lista de las dietas veganas para luchar contra enfermedades como el cáncer y el Alzheimer.

2. Ayuda al planeta. Cuando hablamos de los gases que contribuyen al efecto invernadero, pocos imaginan que el principal contaminante es el metano. Según la EPA, solo contando las granjas de Estados Unidos ya tenemos dos mil millones de kilos de estiércol al día, sin tener en consideración las gigantescas emisiones de metano que expulsan los animales a la atmósfera.

3. Lucha contra el hambre y la pobreza. Según estudios realizados recientemente, la cantidad de proteínas vegetales utilizadas para alimentar al ganado para la producción de carne podría alimentar a la población de China y la de la India en su totalidad.


Tomado del libro:
Einstein para despistados
Allan Percy
Fotografía de Internet

PENSAR EN RESULTADOS


miércoles, 5 de diciembre de 2018

LA FLOR


Parece orquídea, pero no. Huele a gardenia, pero tampoco. Sus grandes pétalos, alas blancas, tiemblan queriendo volar, irse del tallo: en Cuba la llaman mariposa. 

Alessandra Riccio plantó, en tierra de Nápoles, un bulbo de mariposa, traído desde La Habana. En tierra extraña, la mariposa dio hojas, pero no floreció. Y pasaron los meses y los años, y seguía sin nada más que hojas cuando unos cubanos amigos de Alessandra llegaron a Nápoles y se quedaron en su casa durante una semana. 

Entonces, en los alrededores de la planta, sonaron y resonaron las voces de su tierra, el antillano modo de decir cantando: la planta escuchó esa música de las palabras día tras día y noche tras noche, porque los cubanos hablan despiertos y dormidos también. 

A la semana, Alessandra dijo adiós a sus amigos. Y cuando regresó del aeropuerto, una enorme flor blanca la estaba esperando. Las alas desplegadas brillaban, luminosas, en la noche de su casa.


Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet

ENCAJAR EN ESTE MUNDO


martes, 4 de diciembre de 2018

EL POBRE IGNORANTE


Un hombre, muy sencillo y analfabeto, llamó a las puertas de un monasterio. Tenía deseos verdaderos de purificarse y hallar un sentido a la existencia. Pidió que le aceptasen como novicio, pero los monjes pensaron que el hombre era tan simple e iletrado que no podría ni entender las más básicas escrituras ni efectuar los más elementales estudios. Como le vieron muy interesado por permanecer en el monasterio, le proporcionaron una escoba y le dijeron que se ocupara diariamente de barrer el jardín. Así, durante años, el hombre barrió muy minuciosamente el jardín sin faltar ni un solo día a su deber. Paulatinamente, todos los monjes empezaron a ver cambios en la actitud del hombre. ¡Se le veía tan tranquilo, gozoso, equilibrado! Emanaba de todo él una atmósfera de paz sublime. Y tanto llamaba la atención su inspiradora presencia, que los monjes, al hablar con él, se dieron cuenta de que había obtenido un considerable grado de evolución espiritual y una excepcional pureza de corazón. Extrañados, le preguntaron si había seguido alguna práctica o método especiales, pero el hombre, muy sencillamente, repuso: 

--No, no he hecho nada, creedme. 

Me he dedicado diariamente, con amor, a limpiar el jardín, y, cada vez que barría la basura, pensaba que estaba también barriendo mi corazón y limpiándome de todo veneno. 

***

El Maestro dice: El mayor ignorante hallará la paz si su intención es genuina; el erudito más destacado proseguirá a oscuras si su intención no es la correcta.


Tomado del libro:
101 Cuentos clásicos de la India
Recopilación de Ramiro Calle
Fotografía de Internet

PECADOS


lunes, 3 de diciembre de 2018

EL MIEDO ORIGINAL


Somos muchos los que nos descubrimos pensando cosas que activan los sentimientos de miedo y tristeza. Todos hemos experimentado sufrimientos que a menudo recordamos. Volvemos a visitar el pasado revisándolo y viendo las películas de ese pasado. Pero si volvemos a visitar esas imágenes del pasado, sin plena conciencia y sin atención, volvemos a sufrir. 

Supongamos que cuando eras niño te maltrataron y sufriste mucho. Eras frágil y vulnerable. Probablemente tuvieses entonces mucho miedo porque no sabías cómo protegerte. Y quizás hoy en día sigas sintiéndote, por más adulto que seas, internamente maltratado. 

Has dejado ya de ser un niño frágil, vulnerable e indefenso, pero continúas experimentando el sufrimiento de ese niño porque, por más dolorosos que sean esos recuerdos, sigues evocándolos. 

En tu conciencia hay almacenada una serie de imágenes y, cada vez que tu mente se remonta al pasado y evocas esas imágenes, vuelves a sufrir. La plena conciencia nos recuerda que es posible estar en el aquí y el ahora. Nos recuerda que el momento presente siempre está disponible para nosotros y que podemos sustraernos a eventos que sucedieron hace ya mucho tiempo. 

Supongamos que alguien, hace veinte años, te abofetease, una situación que quedó registrada en tu subconsciente como una imagen. 

El subconsciente almacena muchas imágenes y películas del pasado, que continuamente se proyectan en el presente. Y tienes una tendencia a volver a ver esas imágenes del pasado una y otra vez y sigues sufriendo. Por ello, cuanto más te remontas al pasado, te vuelves a sentir abofeteado una y otra vez y sufres. 

Pero eso es algo que sucedió en el pasado y tú ya no estás en el pasado, sino en el presente. Es cierto que sucedió, pero pasó en un momento que desapareció hace mucho. De él no quedan ya más que imágenes y recuerdos. Si sigues remontándote al pasado para ver esas imágenes, la tuya es una atención equivocada. Si te asientas, no obstante, en el presente, podrás contemplar el pasado desde una perspectiva diferente y transformar tu sufrimiento. 

Quizás, cuando eras pequeño, alguien te quitó un juguete. 

Entonces aprendiste a llorar para manipular la situación o a sonreír para complacer a tu cuidador y recuperar, de ese modo, tu juguete. 

Durante tu adolescencia, aprendiste a sonreír diplomáticamente. Esas son formas de enfrentarte al problema de la supervivencia. Aprendes sin darte siquiera cuenta de que estás aprendiendo. Los sentimientos de fragilidad, vulnerabilidad e impotencia y de necesitar a alguien que te cuide están siempre ahí. El miedo original –como su opuesto, el deseo original– siempre están presentes. El niño, con sus miedos y sus deseos, sigue vivo en nuestro interior. 

Hay quienes se sienten deprimidos y sufren, aunque, en el presente, todo parezca estar bien. Esto se debe a nuestra tendencia a vivir en el pasado. Nos sentimos más cómodos estableciendo ahí nuestro hogar, aunque ello nos genere sufrimiento. Ese hogar se halla en las profundidades de nuestro subconsciente, donde continuamente están proyectándose las películas del pasado. Cada noche vuelves atrás y, al volver a ver esas películas, sufres. Y el futuro que tanto te preocupa no es más que una proyección de miedos y deseos procedentes del pasado.


Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

EL MAESTRO PERFECTO


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