miércoles, 10 de octubre de 2018

CON LAS MANOS VACÍAS


LLEGAMOS CON LAS MANOS VACÍAS y nos iremos con las manos vacías, de modo que ¿para qué reclamar tanto entre medias? Pero eso es lo que sabemos, lo que nos dice el mundo: posee, domina, ten más que los demás. Puede ser dinero o puede ser virtud; no importa con qué clase de moneda comercies: puede ser mundana o espiritual. Pero debes ser muy listo, porque si no te explotarán. Explota y no te dejes explotar: ése es el sutil mensaje que te transmiten con la leche de tu madre. Y todos los colegios y las universidades están basados en la idea de la competición.

Una verdadera educación no te enseñará a competir; te enseñará a colaborar. No te enseñará a pelear para llegar el primero. Te enseñará a ser creativo, a ser cariñoso, a ser dichoso sin compararte con los demás.

No, te enseñará que sólo puedes ser feliz si llegas el primero: es una estupidez. No puedes ser feliz simplemente por ser el primero, y al intentar ser el primero sufrirás tanto que cuando lo consigas te habrás acostumbrado al sufrimiento.

Cuando llegues a presidente o primer ministro de un país habrás sufrido tanto que el sufrimiento será tu segunda naturaleza. No conoces otra manera de vivir; sólo la del sufrimiento. La tensión ha arraigado en ti; la angustia se ha convertido en tu modo de vida. No conoces otro modo. Así que aunque seas el primero seguirás angustiado, cauto, con miedo. Tu cualidad interna no cambiará en absoluto. 

Una educación de verdad no te enseñará a ser el primero. Yo te digo que disfrutes de lo que haces, no por los resultados, sino por el acto en sí.

Al igual que un pintor, un bailarín o un músico. 

Puedes pintar de dos maneras: para competir con otros pintores, porque quieres ser el mejor pintor del mundo, quieres ser un Picasso o un Van Gogh. Entonces tu pintura será de segunda categoría, porque a tu mente no le interesa la pintura en sí; le interesa que seas el primer pintor del mundo, el mejor. No profundizas en el arte de la pintura. No disfrutas de ella, sólo la utilizas como un peldaño. Te has metido en un viaje del ego, y el problema radica en que para ser pintor de verdad tienes que deshacerte por completo del ego. Para ser pintor de verdad, hay que dejar el ego a un lado. Sólo así podrá fluir por ti la existencia. Sólo así podrás utilizar tus manos, tus dedos y tus pinceles como vehículos. Sólo así puede nacer algo de esa magnífica belleza.


Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet

¿PARA QUIÉN PUEDE SER ÚTIL EL BUDISMO ZEN?


martes, 9 de octubre de 2018

VALES POR LO QUE TIENES


Dos peligrosos mitos responsables del aprendizaje social del varón. Estos criterios formativos, o mejor, deformativos, son malas traducciones culturales de los viejos y prehistóricos parámetros de dominancia biológica. 

Ellos son: a) "Vales por lo que tienes", y b) "Todo lo puedes".

VALES POR LO QUE TIENES

Es equivalente a decir, "No importa quién eres". Los varones poderosos y civilizados generan su propia feromona. No huele, pero se ve. Su manifestación está representada por los típicos signos de estatus y éxito social, tales como un buen puesto, ropa de marca, tarjeta dorada, carro deportivo, vivienda lujosa, mayordomos y otros adminículos. No importa quién sea su portador, estas cosas lo compensan todo. El dinero, la más evidente señal de supremacía masculina civilizada, genera en el varón acceso directo a un sinnúmero de reconocimientos y favores específicos para su género. Las gangas van desde los apetecidos puestos políticos hasta el sometimiento, obviamente condicional, de algunas bellas damas (por ejemplo Jacqueline Kennedy vs. Aristóteles Onassis).Ya sea en la antigüedad o en la actual posmodernidad, parecería que la tendencia es la misma: el hombre compra belleza y juventud, y la mujer seguridad y protección. Zsa Zsa Gabor decía: "Nunca odié lo suficiente a un hombre como para devolverle sus diamantes".

El poeta latino Horacio, quien murió ocho años antes del nacimiento de Cristo, se quejaba abiertamente del poder del dinero: "Un rico por zafio que sea, siempre agrada. Vivimos en el siglo del dinero, todo el mundo se inclina ante el becerro de oro y hasta el amor se consigue a fuerza de dinero". Y en otra parte, escribía mordazmente: "La riqueza es una reina que otorga belleza y hermusura".

Algunos siglos después, los versos de Francisco de Quevedo confirman que la percepción no había cambiado sustancialmente:

¿Quién hace al tuerto galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan
sin ser el Dios verdadero? El dinero.
El chaman de los piaroas y los guahíbos, los jefes 
motilones, el jaibaná de los chocoanos o el "mama"de los koguis, todos, sin excepción, se hacen acreedores a más de una compañera.

Sentirse objeto sexual es tan incómodo como sentirse objeto económico. Pero si unas buenas piernas no dicen demasiado de la vida interior femenina, una abultada cuenta en Suiza dice mucho del varón que la posee. Mientras las mujeres se deprimen más por desamor (ésa es la lógica), los hombres nos desmoronamos por las quiebras y las pérdidas económicas (son la principal causa de depresión masculina). Para muchos hombres de negocios, perder la mujer es casi tan grave como perder la empresa. Mientras las mujeres suelen competir entre ellas más por lo que son, la mayoría de los varones rivalizan más por lo que tienen. Aunque hay excepciones, la dirección del vector es evidente: si queremos dejar verde de envidia a un compañero masculino, simplemente dejemos soltar, como sin querer, una jugosa inversión en dólares. O, si se trata en definitiva de aniquilar el ego del competidor, y de paso de levantar el propio, basta con pasearse lentamente frente a él con una escultural supermodelo colgada del brazo y muerta de la risa. La envidia podría matarlo. Ni siquiera el poseer algún talento especial (deportista, científico, músico) producirá el mismo efecto: el virtuosismo entre los hombres es admirado y respetado, pero jamás envidiado. Aunque deberíamos abolir las competencias personales, si hubiera que tenerlas preferiría rivalizar por lo que soy y no por lo que tengo.

PREJUICIOS: INDICAN QUE TE IDENTIFICAS CON LA MENTE PENSANTE


lunes, 8 de octubre de 2018

LOS DOS SADHUS


Se trataba de dos sadhus muy piadosos que acudieron a visitar a Ramakrishna, uno de los más grandes yoguis de la India. Se trataba de un padre y su hijo. Anhelaban reunirse con Ramakrishna para recibir la instrucción mística de este gran sabio. Estaban esperando en el jardín a que el maestro los recibiera, cuando de repente apareció una serpiente y picó al sadhu joven. El padre, muy alarmado, empezó a temblar y a dar gritos para que alguien les prestase ayuda. El hijo, sin embargo, permaneció muy sereno, impasible, como si no le hubiera mordido una peligrosa serpiente. Realmente sorprendido, el padre preguntó a su hijo: 

--Pero, ¿cómo puedes estar tan tranquilo? 

El joven sadhu, muy calmadamente, repuso: 

--¿Qué es la serpiente y a quién ha mordido? 

***

El Maestro dice: En una mente tocada por la consciencia de unidad, los reflejos no se confunden con la realidad.

LO QUE VIENE Y VA


domingo, 7 de octubre de 2018

TRANSFORMACIÓN

LA MEMORIA


La mujer de Norberto Rodríguez ha muerto, devastada por el cáncer y por la medicina, al cabo de una agonía de tres meses; y Norberto tiene toda la memoria ocupada por ese tiempo de horror. 

El quisiera arrancar a su mujer de esos suplicios, devolverla a sus días luminosos: la memoria se niega. A veces asoma, en la memoria, algún fulgor venido de los muchos años anteriores al dolor y al adiós, algún pedacito de la alegría compartida con esa mujer querible y queriente. Pero entonces, como en una pantalla condenada a sombra perpetua, las imágenes, atroces irrumpen, invaden y castigan; y no se van. 

Norberto quisiera pedir clemencia a su memoria. El no sabe cómo. Nadie sabe.

ESTADOS DE LA MENTE HUMANA


sábado, 6 de octubre de 2018

LOS DOS AMIGOS


Dos amigos emprendieron una excursión. Al llegar la noche se echaron a dormir uno al lado del otro. Uno de ellos soñó que habían tomado un barco y habían naufragado en una isla. Al despertar, comenzó a preguntarle a su compañero si recordaba la travesía, el barco y la isla. Se quedó atónito cuando el amigo le explicó que él no había tenido el mismo sueño. No podía creerlo. Pero ¡si era un sueño increíble! Se negaba a aceptar que el amigo no recordara la travesía, el barco y la isla. 

***

El Maestro dice:
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