domingo, 23 de septiembre de 2018
UTILIZAR-POSEER
Si eres feliz a costa de la felicidad de otro... Y así es como puedes ser feliz; no hay otra manera. Si conoces a una mujer hermosa y consigues poseerla, se la habrás arrebatado a otro. Intentamos que las cosas parezcan lo más bonitas posible, pero eso es sólo en la superficie. Los que han perdido en el juego se enfadarán, se pondrán furiosos. Esperarán una oportunidad para vengarse, y esa oportunidad se les presentará tarde o temprano.
Lo que posees en este mundo lo posees a costa de alguien, a costa del placer de otro. No hay otra manera. Si de verdad no deseas enemistarte con nadie en el mundo, debes abandonar la idea de la posesión. Utiliza lo que tengas a tu lado en el momento, pero no seas posesivo. No intentes reclamarlo como tuyo. No hay nada que sea tuyo; todo pertenece a la existencia.
sábado, 22 de septiembre de 2018
CAMINARES
Pedro Saad caminó sobre las aguas. En el centro de Rusia, una tarde de mucho frío, Pedro caminó por encima del río Volga, que en el invierno había congelado. Pedro estaba solo, pero mientras caminaba iba sintiendo, en las plantas de los pies, la vibración del río que estaba vivo bajo el hielo.
Hacía ya unos cuantos años, al otro lado del mundo y del tiempo. Pedro había caminado por alguna calle de Guayaquil, una tarde de mucho calor. Pedro estaba solo, pero mientras caminaba iba sintiendo, en las platas de los pies, el latido de la tierra que estaba viva bajo el asfalto.
viernes, 21 de septiembre de 2018
MIEDO A ESTAR AFECTIVAMENTE SOLO (PARTE II)
A. R., paciente de 30 años, casado desde hacía cinco y con dos pequeños hijos, proporcionaba la siguiente descripción de su mujer: "Es muy fea... Además su olor me parece empalagoso... Es mandona y ejerce sobre mí un poder impresionante... Es ocho años mayor que yo y la diferencia se nota mucho... Debo reconocer que me da seguridad y sabe tranquilizarme cuando estoy nervioso... En realidad, vivo estresado... Le he dicho que adelgace, que se ponga minifalda y que me seduzca, pero no es capaz... Cuando ella me busca sexualmente para mí es un verdadero suplicio... No permito que se me acerque mucho o que me toque... No sé, me incomoda sentir su piel... Ella es buena mujer y me quiere... Pero no estamos sintonizados en los gustos… Vivo aburrido... No sé qué hacer...".
A. R. había decidido pedir ayuda profesional porque se sentía atrapado en un dilema. Desde hacía un año y medio sostenía relaciones extramatrimoniales con una joven de 23 años, soltera y dispuesta, de la cual se expresaba así: "Me encanta... Es fresca y sexy... Su olor me fascina, es amable y comprensiva...
Cuando estoy con ella me siento un verdadero hombre porque me hago cargo de las situaciones... He llegado a tener hasta cinco orgasmos seguidos... Me gusta cómo se viste y su risa... Sus dientes son blancos y parejos... Es muy cariñosa... Es como mi alma gemela...". Cuando le pregunté por qué se había casado y había tenido hijos, no pudo darme una respuesta clara: "No sé... Creo que ella me convenció... Me dijo que si no nos casábamos se alejaría de mi vida... Lo hice como por obligación... Quise tener una familia, pero me equivoqué de mujer...".
Pasamos varias semanas hablando sobre la posibilidad de la separación, hasta que un buen día, como era previsible, el romance fue descubierto. Su mujer reaccionó como lo hacen las esposas valientes e independientes. Le mandó un escueto mensaje: "Te puse la ropa en la puerta, puedes venir por ella cuando quieras". Contra todo pronóstico, A. R. rogó, llora, suplicó y resuplicó que lo volvieran a recibir, pero nada conmovió a la ofendida señora. Hoy, después de cuatro meses, vive solo en un pequeño apartamento y todavía no sabe qué hacer. Aunque su calidad como padre ha mejorado y no siente tanto la ausencia de sus hijos, ya que los ve más que antes, sigue saliendo con su "alma gemela" y, en ocasiones, bajo los efectos del alcohol, golpea infructuosamente las puertas de su "ex mujer" para que lo vuelva a recibir. El dilema sigue vivo: la amante vs la madre adoptiva... Difícil elección.
En el 85`%, de los casos de separación tratados por mí durante veinte años de ejercicio profesional, la voz cantante la ha llevado la mujer. Lo mismo ocurre en los países ricos: el 90% de los divorcios es solicitado por mujeres. Si la solvencia económica se los permite, ellas son, definitivamente, más decididas que nosotros. Para la mujer, el desamor puede llegar a justificar cualquier adiós. He visto relaciones absolutamente machistas y despóticas eliminarse en un segundo cuando la mujer, tranquila y amablemente, le dice al hombre que ya no lo quiere y que desea separarse: "Creo que viviría mejor sola con mis hijos", "Quiero ser libre", "Me cansé de dar", "Quiero encontrarme a mí misma". Como el personaje de la película Alice, protagonizada por Mia Farrow, muchas señoras simplemente se cansan del papel de la esposa convencional, e inician una revolución sigilosa que suele timar por sorpresa al varón. En estas situaciones, el típico macho dominante sufre una revolución al regazo materno y a las formas más arcaicas de miedo y sumisión. La caída del héroe. Es definitivo: los hombres tenemos el control afectivo, hasta que las mujeres quieran que lo tengamos.
jueves, 20 de septiembre de 2018
MIEDO A ESTAR AFECTIVAMENTE SOLO
Aunque las fragilidades psicológicas masculinas podrían llenar varios tomos de una enciclopedia (ellas irán apareciendo a lo largo del presente texto), aquí sólo señalaré tres miedos básicos, por lo general encubiertos por el ego, comunes a casi todas las culturas, altamente dañinos y mortificantes para aquellos varones que aún se empecinan en ser duros, intrépidos y osados.
Éstos son: 1) el miedo al miedo, 2) el miedo a estar afectivamente solo y 3) el miedo al fracaso.
Veamos cada uno en detalle.
2. El miedo a estar afectivamente solo.
Existe un déficit psicológico masculino que suele hacerse manifiesto cuando el hombre se ve obligado a estar solo. Este síndrome de soledad regresiva aparece en situaciones de estrés o en acontecimientos vitales que impliquen pérdida afectiva como la separación, el rompimiento de un noviazgo o la viudez. La deprivación afectiva en la vida de un varón tradicional es devastadora y responsable directa de todo tipo de miedos, inseguridades y depresión.
La adhesión que los hombres establecernos con las fuentes de seguridad afectiva merece ser investigada más a fondo por la ciencia psicológica. Además del imprescindible sexo que nos puedan proporcionar nuestras esposas, necesitamos compañía, apoyo y ánimo en cantidades considerables.
Aunque querramos disimular la cosa y mostrar un desapego cercano a la iluminación, sin el soporte afectivo no sabemos vivir. Muchos superhombres exitosos, líderes económicos y políticos, en lo más reservado de su ser necesitan del consejo y el empujón femenino para seguir adelante. Trátese de un golpe de estado o de la más riesgosa inversión bursátil, la oportuna sugerencia femenina deja su marca. La mujer ideal para la mayoría de los varones: orla ninfómana en la cama y una mamá fiera de ella; una relación cuasi incestuosa en la cual los hombres proponen y las mujeres disponen.
Un caso particularmente interesante de esta necesidad de compañía femenina lo constituyen muchos de los habituales asistentes a prostíbulos. Al contrario de lo que generalmente se piensa, el asiduo visitador de burdeles, además de sexo, también suele buscar afecto. La prostituta, cuando es verdaderamente profesional, no sólo tiene relaciones sexuales con su cliente, sino que literalmente lo ama, lo cuida y lo contempla mientras dure el convenio. El hombre solitario, tímido, con pocas habilidades sociales de conquista, acomplejado, el que se siente feo, gordo, flaco o poca cosa, en las casas de citas puede hallar un lugar de aceptación "incondicional" proporcional al pago. Al no existir rituales de conquista ni cortejo alguno, el riesgo al rechazo, aunque artificial y comprado, se elimina. No existe el odioso "no", con el que tanto tenemos que lidiar los hombres, no hay nada que disimular, nada que aparentar o mostrar.
Muchísimos grandes pensadores, filósofos y escritores encontraron en esas sórdidas casas de lenocinio su mayor fuente de inspiración y una manera de esconder su tímida soledad afectiva. Ciaran decía al respecto: "La atmósfera de burdel que yo viví resulta inconcebible para los occidentales. Debo decir que todas aquellas mujeres eran húngaras, y no puede imaginarse mezcla más lograda de sensualidad e instinto maternal. En el Este, el burdel era el único lugar donde podía encontrar algún calor humano".
No estoy apoyando el comercio sexual, porque pienso que el varón que compra sexo o amor destruye gran parte de su autoestima, pero debo reconocer que muchas de estas casas de tolerancia han colaborado como centros de intervención en crisis de un sinnúmero de hombres solos, deprimidos y potencialmente sumidas. Más allá de cualquier connotación sexual o moral, no es difícil de comprender el encanto que estos lugares de relax pueden ejercer sobre los varones que sufren de soledad afectiva severa. Incluso algunos, como Charles Baudelaire en Las quejas de Icaro, han llegado a cuestionar las supuestas ventajas del amor romántico sobre el pecaminoso amor carnal:
"Los amantes de las putas
Son felices en su hartazgo.
Yo, de estrechar a las nubes,
Tengo los brazos quebrados".
miércoles, 19 de septiembre de 2018
TAO TE KING: PRINCIPIO 47
Se puede conocer el mundo
sin salir de la casa.
Sin mirar por la ventana
puede conocerse el SENTIDO del Cielo.
Cuanto más mundo se recorre
tanto menos se sabe.
El Sabio, para conocerlo todo,
no necesita viajar.
No necesita observar
para ser lúcido.
Tampoco necesita actuar, y sin
embargo, realiza.
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