La primera cosa que tiene que recordar es esta: mientras usted construya su identidad a partir del dolor, no puede liberarse de él. Mientras una parte de su sentido de sí misma esté invertida en su dolor emocional usted inconscientemente se resistirá o saboteará cualquier intento que haga de curar ese dolor. ¿Por qué? Muy sencillo, porque desea mantenerse intacta y el dolor se ha convertido en parte esencial suya. Este es un proceso inconsciente y la única forma de superarlo es hacerlo consciente.
Ver súbitamente que está o ha estado aferrada a su dolor puede ser algo bastante impactante. En el momento en que se da cuenta de esto, ha roto la fijación. El cuerpo del dolor es un campo de energía, casi como una entidad, que se ha alojado temporalmente en su espacio interior. Es energía vital que ha quedado atrapada, energía que ya no fluye. Por supuesto, el cuerpo del dolor está ahí por ciertas cosas que ocurrieron en el pasado. Es el pasado que vive en usted y si se identifica con él, se identifica con el pasado. Una identidad de la víctima es la creencia de que el pasado es más poderoso que el presente, lo que es contrario a la verdad. Es la creencia de que otras personas y lo que le hicieron son responsables de lo que usted es ahora, de su dolor emocional o de su incapacidad de convertirse en su verdadero ser.