Los seres humanos necesitan acción a cualquier precio.
(Albert Einstein)
Todo proyecto ambicioso nos obliga a salir de la zona de confort. El mundo está cambiando constantemente y debemos adaptarnos. Los líderes de los nuevos tiempos son aquellos que, en vez de quejarse, buscan soluciones, ofrecen alternativas y actúan.
Y sin embargo, las alteraciones en la rutina, en el mundo conocido, nos dan miedo.
Sobre esto, Joe Dispenza, neurocientífico y ensayista, comenta que cuando cruzamos el río del cambio nos enfrentamos a dos peligros:
1. Los demás. A la gente no le gusta que cambiemos, aunque sea una cuestión de supervivencia. Se han acostumbrado a que seamos de determinada manera y les inquieta no tenernos «controlados» tal como nos conocen. Por eso cuando empezamos a nadar hacia la otra orilla nos gritarán que volvamos. Así que: nunca escuches a los demás cuando te has decidido a cambiar.
2. Nuestros propios temores. Dispenza afirma que el cambio es como cruzar un río de agua gélida. Muchos se tiran al agua y al llegar a la mitad del río dicen «¡está fría!», y regresan a donde estaban, a su zona de confort.
Nadie nos dijo que el cambio sería incómodo. Por lo tanto, la segunda ley sería: nunca escuches tus miedos cuando te has decidido a cambiar.