viernes, 11 de mayo de 2018

JURAMENTO SAGRADO


Samaya significa no quedarse con nada, no prepararnos una ruta de escape, no
buscar alternativas, no pensar que tenemos mucho tiempo y podemos hacer las cosas más adelante.

En el vajrayana existe el llamado vínculo samaya, por el cual toda experiencia del estudiante está ligada al sendero. En un momento dado, tras mucho cuestionamiento inteligente, el estudiante finalmente puede sentirse preparado para entrar en una relación samaya con su profesor. Si el estudiante acepta y confía completamente en su profesor y el profesor acepta al estudiante, pueden entrar en la relación incondicional llamada samaya. El profesor nunca renunciará al estudiante, por muy confuso que pueda estar, y el estudiante tampoco dejará al profesor, pase lo que pase.

Profesor y estudiante están vinculados. Hacen el pacto de alcanzar la iluminación juntos. Otra definición de samaya es «juramento sagrado» o «compromiso sagrado».

Pero no tiene que ver con la santidad; es un compromiso con la cordura, con la cordura indestructible. Samaya es como casarse con la realidad, un matrimonio con el mundo fenoménico. Pero en realidad es un truco, porque contraer ese matrimonio es un poco como tener amnesia.

Pensamos que hemos decidido casarnos haciendo uso de nuestro libre albedrío y sin embargo, sin saberlo, ya estábamos casados.

Samaya es un truco porque pensamos que tenemos la elección de comprometernos o no con la cordura, pero, de hecho, nunca hemos tenido elección. Es un truco compasivo que nos ayuda a tomar conciencia de que verdaderamente no hay salida. Realmente no hay otro momento mejor que el momento presente; no hay un estado de conciencia más alto que éste. Es el tipo de truco que los profesores vajrayana inventan en su tiempo libre para su propio disfrute completo y total: «¿Qué truco podemos emplear con estos seres confusos, atónitos e indómitos para que lleguen a darse cuenta de que ya están despiertos y no tienen elección?»

TÚ NO ESTÁS EQUIVOCADO


jueves, 10 de mayo de 2018

MÁS PALABRAS


Mark Twain lo dijo muy bien: "Estaba haciendo tanto frío que si el termómetro hubiera tenido una pulgada más de largo, nos hubiéramos muerto de frío". Nos morimos de frío con las palabras. No es el frío del ambiente lo que interesa, sino el termómetro. no es la realidad la que importa, sino lo que usted se dice a usted mismo sobre ella. 

Me contaron una bella historia sobre un campesino de Finlandia. cuando estaban trazando el límite entre Rusia y Finlandia, el campesino tuvo que decidir si quería quedar en Rusia o en Finlandia. Después de un largo tiempo dijo que deseaba estar en Finlandia, pero que no quería ofender a los funcionarios Rusos. Éstos fueron a hablar con él y le preguntaron por qué quería quedar en Finlandia. El campesino respondió: "Siempre deseé vivir en la madre Rusia, pero a mi edad no podría sobrevivir otro invierno ruso". Rusia y Finlandia son sólo palabras, conceptos, pero no para los humanos, no para los locos humanos. Casi nunca miramos la realidad. 

Una vez un gurú estaba tratando de explicarle a una muchedumbre cómo reaccionan los seres humanos a las palabras, cómo se alimentan de ellas, cómo viven en ellas, en lugar de vivir en la realidad. Un hombre se puso de pie y protestó: 

- No estoy de acuerdo con eso de que las palabras produzcan tanto efecto en nosotros. 

El gurú le contestó

- Siéntese, hijo de perra. 

El hombre palideció de la ira y expresó

- Usted afirma que es una persona consciente, un gurú, un maestro y debería avergonzarse. 

Entonces el gurú le dijo

Perdóneme, señor, perdí los estribos. Realmente, le ruego que me perdone; fue un error, lo siento. 

Finalmente el hombre se calmó. Entonces el gurú le dijo

- Se necesitaron unas pocas palabras para que surgiera en usted toda una tempestad; y se necesitaron sólo unas pocas para calmarlo, ¿no es así? 

LA RELACIÓN DE PAREJA NO TIENE COMO OBJETIVO HACERLO FELIZ


miércoles, 9 de mayo de 2018

EL CÍRCULO DEL ODIO


Un importante empresario estaba enojado y regañó al director de uno de sus negocios. El director llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba gastando demasiado porque había un abundante almuerzo en la mesa. La señora gritó a la empleada, que rompió un plato y le dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar. El animal salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por allí. Cuando ella fue a la farmacia para hacerse una curación, gritó al farmacéutico porque le dolió la aplicación de la vacuna. Este hombre llegó a su casa y le gritó a su madre porque la comida no era de su agrado. La señora, manantial de amor y perdón, le acarició la cabeza mientras le decía "Hijo querido, te prometo que mañana haré tu comida favorita. Trabajas mucho, estás cansado y hoy precisas una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas para que puedas descansar en paz. Mañana te sentirás mejor". Lo bendijo y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos.

En ese momento se interrumpió el círculo del odio, al chocar con la tolerancia, la dulzura, el perdón y el amor.

HOSTILIDAD Y ATAQUES


martes, 8 de mayo de 2018

EL FALSO MAESTRO


Era un renombrado maestro; uno de esos maestros que corren tras la fama y gustan de acumular más y más discípulos. En una descomunal carpa, reunió a varios cientos de discípulos y seguidores. Se irguió sobre sí mismo, impostó la voz y dijo: 

--Amados míos, escuchad la voz del que sabe. 

Se hizo un gran silencio. Hubiera podido escucharse el vuelo precipitado de un mosquito. 

--Nunca debéis relacionaros con la mujer de otro; nunca. Tampoco debéis jamás beber alcohol, ni alimentaros con carne. 

Uno de los asistentes se atrevió a preguntar: 

--El otro día, ¿no eras tú el que estabas abrazado a la esposa de Jai? 
--Sí, yo era -repuso el maestro. 

Entonces, otro oyente preguntó: 

--¿No te vi a ti el otro anochecer bebiendo en la taberna? 
--Ése era yo -contestó el maestro. 

Un tercer hombre interrogó al maestro: 

--¿No eras tú el que el otro día comías carne en el mercado? 
--Efectivamente -afirmó el maestro. En ese momento todos los asistentes se sintieron indignados y comenzaron a protestar. 
--Entonces, ¿por qué nos pides a nosotros que no hagamos lo que tú haces? 

Y el falso maestro repuso: 

LA REALIDAD DEL MOMENTO


lunes, 7 de mayo de 2018

LOS QUE ENSEÑAN


A veces enseñar es un trabajo difícil. Un maestro se parece a un bote de basura dentro del cuál la gente arroja sus frustraciones y problemas. Cuanto mayor es la cantidad de personas a las que usted enseña, más grande es el recipiente de basura de los problemas.

Pero enseñar es una maravillosa manera de practicar el Dhamma. Los que enseñan crecen en paciencia y entendimiento.

En realidad, un maestro no puede resolver nuestras dificultades. Es sólo un recurso para investigar el Sendero. Él no puede despejarlo. De hecho, lo que dice no vale la pena escucharlo. El Buda nunca elogió la creencia en otros. Debemos creernos a nosotros mismos. Esto es difícil, si, pero es así como realmente es. Miramos hacia fuera pero en realidad nunca vemos. Tenemos que decidirnos a practicar de verdad. Las dudas no desaparecen preguntándole a los otros, sino a través de nuestra propia práctica incesante.

SALIENDO A LA LUZ


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