viernes, 27 de abril de 2018

¿QUÉ, A QUIÉN ESTÁS ESPERANDO?


He oído contar esto:

En un remoto campo de entrenamiento, un escuadrón de reclutas acababa de volver a su alojamiento tras un día de marcha bajo el ardiente sol.

-¡Qué vida ésta! -dijo un soldado novato-. A kilómetros de cualquier parte, un sargento que se cree Atila, sin mujeres, sin alcohol, sin permisos... y para colmo, mis botas son dos números más pequeñas.

-No tienes por qué aguantar eso, tío -dijo un compañero-. ¿Por qué no te pones otras botas?

-¿Para qué? -replicó el otro-. ¡Quitármelas es el único placer que tengo!

¿Qué más tienes que poner en juego? Sólo tu infelicidad. El único placer que tienes es hablar de ella. Fíjate en la gente cuando habla de su infelicidad, lo contentos que se ponen. Pagan por eso; van a los psicoanalistas para hablar sobre su infelicidad y pagan por ello. Alguien los escucha con atención, y ellos encantados.

La gente no para de hablar de su infelicidad, incluso exageran, la adornan, para que parezca mayor. La hacen parecer mayor de lo que es en la realidad. ¿Por qué? No tienes nada que jugarte excepto tu infelicidad, pero la gente se aferra a lo conocido, a lo familiar. Lo único que han conocido es la infelicidad; es su vida. No tienen nada que perder, pero tienen miedo de perderlo.

Tal y como yo lo veo, la felicidad es lo primero, la alegría es lo primero. Una actitud festiva es lo primero, una filosofía de afirmación de la vida. ¡Disfruta! Si no disfrutas con tu trabajo, cambia de trabajo. No esperes, porque todo el tiempo que esperas estás esperando a Godot, y Godot no llegará nunca. Esperando malgastarás tu vida. ¿Qué, a quién estás esperando?

Si comprendes que eres desgraciado siguiendo cierta forma de vida, y todas las viejas tradiciones dicen que tú estás equivocado, lo que yo digo es que lo equivocado es esa forma de vida. Intenta comprender la diferencia. Tú no estás equivocado; lo equivocado es tu forma de vida, la manera de vivir que has aprendido. Las motivaciones que has aprendido y aceptado como tuyas no son tuyas; no cumplen tu destino. Van contra tus principios, van contra tu elemento.

Recuérdalo: nadie puede decidir por ti. Todos sus mandamientos, toda su moralidad sólo sirven para inutilizarte. Tienes que decidir por ti mismo, tienes que tomar tu propia vida en tus manos. En otro caso, la vida llamará a tu puerta y tú no estarás allí; siempre estarás en otra parte.

INCONSCIENTES



jueves, 26 de abril de 2018

PRISIÓN MENTAL


EL ANCIANO Y EL NIÑO


Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. 

Llegaron a una aldea caminando junto al asno y, al pasar por ella, un grupo de mozalbetes se rió de ellos, gritando: 

--¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro. 

Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Dijeron: 

--¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y pobre niño caminando. 

Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. 

Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados: 

--¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante? 
El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado. 

—¡Qué vergüenza! 

Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar: 

--¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal! 

El anciano y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando: 

--Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. 

!Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos! 

De repente, el burro se revolvió, se precipitó en un barranco y murió. 

***

El Maestro dice:

COSAS QUE NO CREAN RIQUEZA


miércoles, 25 de abril de 2018

APRENDER A ESTAR ALERTA A SER CONSCIENTE


Si tienes que aprender algo, es a estar alerta, a ser consciente de tus motivaciones internas, de tu destino interior. Nunca lo pierdas de vista, o serás desgraciado. Y cuando seas desdichado, la gente te dirá: «Medita y serás feliz». Te dirán: «Reza y serás feliz; ve al templo, sé religioso, hazte cristiano o hindú y serás feliz». Tonterías. Sé feliz, y después vendrá la meditación. Sé feliz, y la religiosidad vendrá después. La felicidad es la condición fundamental.

Pero las personas sólo se hacen religiosas cuando son desdichadas; entonces la religión es seudorreligión. Intenta comprender por qué eres desdichado. Muchas personas vienen a mí y me cuentan que son desdichadas y quieren que les enseñe a meditar. Yo digo que lo primero es comprender por qué se es desdichado. Si no eliminas esas causas básicas de tu infelicidad, podrás meditar, pero no te ayudará mucho, porque las causas básicas seguirán ahí.

Una mujer podría haber sido una bailarina fantástica y está en una oficina, fichando. No le queda tiempo para el baile. Alguien podría haber disfrutado bailando bajo las estrellas, pero ahora se dedica a engrosar su cuenta bancaria. Y estas personas dicen que son infelices: «Enséñame una forma de meditación que pueda seguir». Puedo enseñarla, pero ¿qué conseguirá con esa meditación? ¿De qué servirá? Seguirán siendo las mismas personas, acumulando dinero, compitiendo en el mercado. La meditación puede ayudarlas a estar un poco más relajadas para que hagan esas tonterías incluso mejor.

Puedes repetir un mantra, puedes hacer cierto tipo de meditación; puede ayudarte un poquito en esto o aquello, pero sólo puede ayudarte a seguir siendo lo que eres. No es una transformación.

INICIO Y FIN DE LAS TORMENTAS


martes, 24 de abril de 2018

¿CUÁNTAS PERSONAS SE NECESITAN PARA HACER DE SU VIDA UNA PRÁCTICA ESPIRITUAL?


Supongo que se necesitan dos para hacer de una relación una práctica espiritual, como usted sugiere. Por ejemplo, mi pareja todavía actúa según los viejos patrones de celos y control. Le he señalado eso muchas veces, pero es incapaz de verlo. 

¿Cuántas persona se necesitan para hacer de su vida una práctica espiritual? No importa si su pareja no quiere cooperar. La salud mental -la conciencia- sólo puede llegar a este mundo a través de usted. Usted no necesita esperar a que el mundo se vuelva cuerdo, o a que otro se vuelva consciente, para ser usted un ilu­minado. Podría llegar a esperar por siempre. No acuse a los demás de ser inconscientes. En el momento en que usted comienza a discutir, se ha identificado con una posición mental y está defendiendo no sólo esa posición sino también su sentido de sí mismo. El ego entra a la carga. Usted se ha vuelto inconsciente. A veces puede ser apropiado señalar ciertos aspectos de la conducta de su cónyuge. Si usted está muy alerta, muy presente, puede hacer eso sin involucrar el ego, sin culpar, acusar o hacer daño al otro. Cuando su compañero actúa inconscientemente, abandone todo juicio. El juicio es, o bien confundir la conducta de alguien con quien es esa persona o proyectar la propia inconsciencia en otra persona y confundir eso con lo que es ella. Abandonar el juicio no significa que usted no reconozca la disfunción y la inconsciencia cuando la vea. Significa ser "el que conoce" en lugar de "ser la reacción" y el juez. Entonces, o bien usted estará totalmente libre de reacción o reaccionará y aún será el que conoce, el espacio en el que la reacción se observa y se le permite ser. En lugar de luchar contra la oscuridad, usted trae la luz. En lugar de reaccionar al error, usted lo ve y sin embargo al mismo tiempo mira a través de él. Ser el que conoce crea un espacio claro de presencia amorosa que permite a todas las cosas y a todas las personas ser como son. No existe mayor catalizador para la transformación. Si usted practica esto, su compañero no puede quedarse con usted y permanecer inconsciente. 

Si ambos están de acuerdo en que la relación será su práctica espiritual, mucho mejor. Entonces pueden expresar sus pensamientos y sentimientos mutuamente tan pronto como ocurran, o tan pronto como una reacción surja, de modo que no crean una brecha de tiempo en la que una emoción o una queja se encone y crezca. Aprenda a dar expresión a lo que siente sin acusar. Aprenda a escuchar a su compañero en una forma abierta, no defensiva. Déle espacio para expresarse. Esté presente. Acusar, defenderse, atacar, todos esos patrones diseñados para fortalecer o proteger el ego o para llenar sus necesidades se volverán inoficiosos. Dar espacio a los demás -y a usted mismo- es vital. El amor no puede florecer sin ello.

RODEADOS DE SUFRIMIENTO


lunes, 23 de abril de 2018

PARA LA CÁTEDRA DE DERECHO LABORAL


Unas cuantas abejas vuelan dentro de una habitación vacía y cerrada. Durante varios días se ofrece a las abejas, por único alimento, un néctar de flores mezclado con la pócima Z. Entonces se introduce en la habitación una camisa impregnada del olor de alguien. Agotado el néctar, las abejas pasan hambre, revoloteando en torno a ese olor.

Una noche, se libera a las abejas cerquita de la hamaca donde duerme el dueño de la camisa. Las abejas, desesperadas, clavan sus dardos. Al amanecer, el inoculado no consigue levantarse. No le responden sus músculos de trapo. Al mediodía, se apaga como una vela. De nada sirven las compresas de hojas de romero y de nuez de jengibre, empapadas en ron clarín, ni otros remedios infalibles. A la tarde, sus queridos lo llevan en andas al cementerio, y derraman lágrimas y arrojan flores mientras las paladas de tierra caen sobre el cajón. Pero esa noche, el difunto rompe el cajón, abre la tumba y vuelve al mundo. El regresado ha perdido la pasión y la memoria. Los ojos idos, callada la boca, trabaja sin horario ni salario, moliendo caña o alzando paredes o cargando leña, y no se queja jamás, ni jamás exige, ni pide siquiera.

(Esta es una modesta proposición para corregir la indisciplina de la mano de obra en la era de la globalización industrial. Se basa en un tratamiento ya ensayado, en casos aislados, en la república de Haití, que podría aplicarse exitosamente en escala universal. La experiencia permite confiar en su eficacia contra las tendencias conflictivas que actualmente alteran la paz pública, perjudican al sistema productivo y desalientan la inversión extranjera.)


Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet
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