Maestro
Revelación
Silencio
Mente
Nuestro silencio es igual a la paz que se produce entre dos guerras. No es realmente la paz, sino la preparación para la próxima guerra. ¿Cómo puede ser paz la que se interpone entre dos guerras? La guerra simplemente se produce en forma velada; es una guerra fría, y no la paz. Nuestro silencio es de este tipo.
Entonces, coméntale al maestro: "No puedo quedarme callado y no puedo hablar; dime qué hacer."
No te lances solo, pues hagas lo que hagas estará mal. El diálogo o el silencio, hagas lo que hagas estará mal. Déjalo en las manos del maestro y pregúntale qué se supone que debes hacer. Si te dice que hables, hazlo. Si te dice que te calles, trata de permanecer en silencio. Él sabe y sólo te pedirá lo que te resulte posible.
Finalmente te pedirá lo imposible, pero nunca al comienzo. Te pedirá lo imposible al final, porque entonces también se habrá vuelto posible. Pero, al comienzo, sólo pedirá lo posible. Poco a poco, te empujará hacia el abismo final donde se produce lo imposible. Si dice que hables, hazlo. Entonces, hasta tu charla servirá. Pero entonces en verdad no estarás preguntando, sino hablando a modo de catarsis. Estás sacando tu mente afuera, estás exponiendo tu mente. Te estás abriendo. No estás preguntando, sino que te estás exponiendo. Esta exposición servirá. Te aliviarás de un gran peso.