viernes, 21 de abril de 2017

LA PRÁCTICA DE SONREÍR


El ejercicio «Respirando, sonrío» les puede llevar a preguntar «¿Por qué debo sonreír si no hay alegría en mi?». La respuesta es: sonreír es una práctica. Hay más de 300 músculos en el rostro. Cuando están enojados o temerosos, estos músculos se tensan. La tensión de estos músculos crea un sentimiento de dureza. Sin embargo, si saben inhalar y esbozar una sonrisa la tensión desaparecerá, a esto lo llamo «yoga de la boca». Basta con inhalar y sonreír, la tensión desaparecerá y se sentirán mejor.

A veces su alegría produce una sonrisa. También hay veces en que la sonrisa que esbozan trae relajación, calma y alegría. Yo no espero hasta estar alegre para sonreír; la alegría vendrá más tarde. A veces, cuando estoy solo en mi habitación a oscuras, practico el sonreírme a mí mismo. Hago esto para ser bondadoso conmigo mismo, para bien cuidarme, para amarme. Sé que si no soy capaz de cuidarme a mí mismo, no soy capaz de cuidar a nadie más.

SU MUNDO EXTERIOR


jueves, 20 de abril de 2017

DESEO, NO PREFERENCIA


No supriman el deseo, porque entonces no tendrían vida. Perderían energía, y eso sería terrible. En el sentido saludable de la palabra, el deseo es energía, y cuanta más energía tengamos, mejor. Pero no supriman el deseo, compréndanlo; véanlo en su verdadera luz. Véanlos como lo que realmente son. Porque si ustedes simplemente suprimen su deseo, e intentan renunciar al objeto de su deseo, probablemente se verán atados a él. En cambio, si lo miran y lo ven en su verdadero valor, si comprenden que están preparando el camino para la desdicha, la decepción y la depresión, su deseo se transformará en lo que yo llamo una preferencia.

Cuando uno se va por la vida con preferencias pero no permite que la felicidad dependa de ninguna de ellas, entonces está despierto. Va avanzando hacia el despertar. Estar despierto, felicidad - llámenlo como quieran - es el estado en el que no hay engaño, en que uno ve las cosas no como uno es, sino como ellas son, hasta donde esto le es posible a un ser humano. Dejar las ilusiones, ver las cosas, ver la realidad. Es eso lo que lo hace desdichado. Repito: usted agrega algo... una reacción negativa en usted. La realidad proporciona el estímulo, usted proporciona la reacción. Usted agrega algo con su reacción. Y si examina lo que agrega, siempre hay allí una ilusión, hay una exigencia, una expectativa, un anhelo. Siempre. Los ejemplos de las ilusiones abundan: pero a medida que usted comience a avanzar en este camino, las irá descubriendo usted mismo.

¡DE RODILLAS!




Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantes y máximas motivadora
Lucia Canovi
Fotografía extraída de internet

miércoles, 19 de abril de 2017

LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN


Si usted quiere estar por aquí para conocer al futuro Buda, entonces no practique.

Probablemente estará por aquí lo suficiente como para verlo cuando venga.

He oído a la gente decir: "¡Oh!... este fue un año muy malo para mí". "¿Cómo es posible?", les pregunto. "Estuve enfermo todo el año", responden. "No he podido practicar para nada." 

EL CIELO AZUL



Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantes y máximas motivadora
Lucia Canovi
Fotografía extraída de internet

martes, 18 de abril de 2017

SEGUNDA INFANCIA


Sabiduría 
Conocimiento
Inocencia 
Ignorancia

La sabiduría es una respuesta, una res­puesta fresca al momento; el conocimien­to es algo viejo, deteriorado, recolectado. No respondes al momento; traes el pasado, el re­cuerdo, a ti, y reaccionas a través de él. La sabiduría es una respuesta, y el conocimiento, una reacción. Tú ya tienes la respuesta; pero una respuesta preparada antes de que surja la pregunta no es sabiduría. Un niño es sabio por­que carece de conocimiento. Tiene que mirar a su alrededor, tiene que sentir, tiene que pensar, tiene que responder: no sabe.

Se dice (es un mito cristiano) que, cuando Je­sús llegó al mar, éste se transformó en vino ro­jo. Los teólogos cristianos han intentado expli­carlo: ¿cómo puede el mar transformarse en vi­no rojo? Han tenido muchas dificultades, se han confundido, y todavía no han encontrado res­puesta alguna. Pero un niño pequeño halló la respuesta, y ese niñito fue lord Byron, quien más tarde se hizo famoso como un gran poeta. Era un niño pequeño que iba a la escuela cuan­do se planteó la pregunta: ¿Por qué y cómo se transformó el mar en vino rojo cuando Jesús lle­gó hasta él? La respuesta estaba lista, preparada; ya había sido enseñada. Todos los otros niños empezaron a escribir sus respuestas; sólo lord Byron esperó con los ojos cerrados. La maestra se le acercó muchas veces, pero él estaba tan meditativo que creyó mejor no molestarlo: estaba pensando mucho.

PLENAMENTE ATENTO


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