En sánscrito nada significa música, pero en español significa nada. También ese es un sentido hermoso, porque la música de la que hablo es la música de la nada, del silencio. Los místicos la han llamado la música no tocada.
Hay una música que está no creada, que se encuentra ahí como una corriente oculta en nuestro ser; es la música de la armonía interior. También hay una música en la esfera exterior: la armonía de las estrellas, de los planetas; toda la existencia es como una orquesta. Excepto el hombre, nada está desafinado; todo se halla en una armonía tremenda. Por eso los árboles poseen tanta gracia, al igual que los animales y los pájaros. Solo el hombre se ha vuelto feo, y el motivo es que ha intentado mejorarse; ha tratado de convertirse en algo.
En cuanto surge el deseo de llegar a ser algo, uno se vuelve feo, se desafina, porque la existencia solo sabe de ser, llegar a ser es una fiebre en la mente.