martes, 22 de septiembre de 2015

SÓLO UN INSTANTE


SEPARACIONES SON INSTRUCTIVAS


ALGUNAS SEPARACIONES SON INSTRUCTIVAS: TE PERMITEN SABER LO QUE NO QUIERES DEL AMOR

Precisamente cuando dos personas están bajo la influencia de la más violenta, loca, falsa y pasajera de las pasiones, es cuando se ven obligadas a prometer que se mantendrán en ese estado de excitación inusual y agotadora hasta que la muerte los separe.
BERNARD SHAW

Es un gran pecado jurar un pecado; pero es más grande mantener un mal juramento.
WILLIAM SHAKESPEARE

La paradoja a la que me enfrento en mi consulta es que la mitad de mis pacientes no ven la hora de separarse y la otra mitad no ven la hora de casarse. Parece que el matrimonio o la vida en pareja, a pesar de los nuevos valores de la posmodernidad, siguen siendo una aspiración de muchos; parece que no estamos hechos para la soledad afectiva. Los biólogos evolucionistas dicen que el instinto de procreación nos impulsa a buscar pareja; sin embargo, nadie puede negar que construir una familia es una de las experiencias más reconfortantes desde el punto de vista psicológico y espiritual: el problema es saber con quién emprendemos la tarea, cómo elegimos compañero o compañera.

lunes, 21 de septiembre de 2015

LA MÚSICA DE ZAPPA


ERES EL OBJETO DE TU IRA


¿Quién crees que eres? Tú eres la otra persona. Si te enojas con tu hijo, te estás enojando contigo mismo. Te equivocas si piensas que tú no eres tu hijo. Genéticamente, psicológicamente y científicamente tu hijo es una continuación de ti, esa es la verdad. ¿Quién es tu madre? Tu madre es tú. Tú eres su continuación como descendiente suyo, y ella es tu continuación como antepasada tuya. Tu madre te vincula con los que llegaron antes que tú y con todas las generaciones futuras. Tú perteneces al mismo río de la vida. Creer que ella es una entidad distinta, creer que tú no tienes nada que ver con ella, es de supina ignorancia. Cuando un joven dice: «No quiero tener nada que ver con mi padre», es de supina ignorancia, porque aquel joven es su propio padre.

UN SECRETO DE VIDA


sábado, 19 de septiembre de 2015

SI, PERO...


Hay un juego psicológico, el del triángulo, que se suele llamar el juego del «Sí..., pero...». Es como una transacción entre dos o más personas. Un psicólogo que era un genio pensó que tú, en ese juego, haces uno de esos tres papeles del triángulo irremediablemente —rescatador, perseguidor o víctima—.
  • El rescatador actúa bajo el influjo de culpabilidad.
  • El perseguidor actúa bajo el influjo de agresividad.
  • La victima actúa bajo el influjo de resentimiento.
Si tú entras en el triángulo, irremediablemente te cargarás con las consecuencias: te quemarás. Supongamos que estoy cansado y necesito tiempo para mí. Y tú me vienes con cara de victima reclamando mi atención. Yo, que soy incapaz de decir que no a nadie, voy y te doy una cita para después de cenar. Inmediatamente yo me voy sintiendo cada vez más resentido por tu intromisión, me pongo furioso por haberte dicho que sí. Entonces vienes, y yo me contengo y te recibo bastante bien, pero cuando veo que no son más que banalidades lo que me dices, empiezo a impacientarme y el cabreo se me sale por los poros. Así es que, violentamente, te corto para decir: Pero ¡Para este problema me vienes a molestar a estas horas!. Y estalla la tragedia. Con decirte que no podía atenderte a tiempo se hubiese evitado todo esto, pero al no saber decir que no, hice:
  • De rescatador cuando dije que sí.
  • De víctima cuando me dolí de dar un tiempo que no quería dar.
  • De perseguidor porque le di un palo.
¿Qué hay de bueno en eso?

GANAR DINERO


UNA BROMA


viernes, 18 de septiembre de 2015

HISTORIA


La historia es tan fea. El hombre no ha llegado al nivel en que debería comenzar la historia. Todo ha sido una pesadilla. 

La humanidad aún no tiene nada que escribir sobre sí misma... solo unos pocos casos; en alguna parte un Buda, un Jesucristo... como estrellas distantes. 

La humanidad ha vivido con violencia, guerras y locura, de modo que en cierto sentido sería bueno que olvidaras el pasado. Es demasiado pesado y no ayuda. De hecho, corrompe la mente. Mirar hacia el pasado da la impresión de que el hombre no puede crecer. Hace que las cosas parezcan perdidas. 

Aún no merece la pena escribir o leer sobre historia. Y pensar en ella no es bueno. Solo se ocupa del pasado. De los muertos. De aquello que ya no es. Nuestra ocupación debería ser con lo que existe ahora, en este mismo momento.
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