Hay muchas formas de restablecer la comunicación. Si te cuesta demasiado hablar con tu hijo, ¿por qué no haces la práctica de caminar y respirar conscientemente durante uno o dos días? Y después siéntate para escribirle una carta de amor.
Puedes usar la misma clase de lenguaje afectuoso: «Querido hijo, sé que has sufrido muchísimo, y como tu padre, yo soy en parte responsable porque no he sabido transmitirte lo mejor que hay en mí. Sé que no has podido comunicarme tu sufrimiento, y deseo que esto cambie. Quiero estar ahí para ti. Ayudémonos los dos e intentemos mejorar la comunicación entre nosotros».
Aprende a hablar esta clase de lenguaje.