Para pensar... sobre todo para aquellos que pierden la paciencia muy fácilmente.
Después del 11 de septiembre, una empresa que tenía sus oficinas cerca del World Trade Center invitó a ejecutivos y empleados de otras compañías que habían sido afectadas por el ataque a las Torres Gemelas, para compartir su oficina a fin de que pudieran reiniciar temporalmente sus operaciones.
En una reunión de la mañana, el jefe de seguridad contó historias de por qué su gente estaba viva... y todas tenían que ver con pequeños detalles como éstos:
Al director de una compañía se le hizo tarde porque era el primer día de kínder de su hijo. Una mujer se retrasó porque su despertador no sonó a tiempo. A uno se le hizo tarde porque se quedó atorado en la carretera en la que había un accidente.