SIÉNTETE COMO SI TE ESTUVIESES VOLVIENDO TRANSPARENTE, por así decirlo; como si no tuvieras la solidez de un cuerpo material. Ahora permite que el ruido, o cualquiera que sea la causa de la reacción negativa, te atraviese. Ya no golpea con una «pared» sólida en tu interior.
Como he dicho, al principio es mejor practicar con cosas pequeñas: la alarma del coche, el ladrido del perro, los gritos de los niños, el atasco de tráfico. En lugar de tener un muro de resistencia dentro de ti, golpeado constantemente por cosas «que no deberían estar ocurriendo», deja que todo te atraviese.
Imagina que alguien te dice algo grosero o con intención de molestarte. En lugar de caer en la reacción inconsciente y en la negatividad, en lugar de atacar, ponerte a la defensiva o retirarte, deja que las palabras te atraviesen limpiamente. No ofrezcas resistencia. Es como si ya no hubiera nadie que pudiera sentirse herido.
Eso es perdón. Así es como te vuelves invulnerable.