domingo, 8 de septiembre de 2013

NAVEGAR CON LO MALO Y LO BUENO


-Usted perdió un hijo. ¿Es posible combatir ese dolor?

-No. No se puede. El dolor existe y no aceptarlo es un error. Debes navegar con lo bueno y lo malo. Sólo así es posible avanzar. Es la ley de la vida. Si Dios fuera bueno, las arañas no se comerían a las moscas.

sábado, 7 de septiembre de 2013

SER PLANETARIO


La Tierra no está dividida. La India, Paquistán, Inglaterra y Alemania solo existen en los mapas, y esos mapas son creados por los políticos, la gente obsesionada con el poder. Toda la Tierra es vuestra.

No hay necesidad de identificarse con nada. ¿Por qué confinarse a territorios pequeños? ¿Por qué confinarse por la política? Reclama toda la herencia de la Tierra. Es tuya. Se un ser planetario en vez de nacional. Olvídate de la India e Inglaterra, piensa en la totalidad del globo. Piensa en todos y en cada uno como hermanos y hermanas; ¡lo son! Cuando eres hindúes, estás en contra de otro. Tienes que estarlo, de lo contrario, ¿cómo definirías tu identidad como hindú? Estas en contra de China, de Paquistán, en contra de esto y de aquello; básicamente, todas las identificaciones están en contra. Cuando estas a favor de algo, naturalmente estas en contra de otra cosa. No estés ni a favor ni en contra... simplemente se. Despréndete de la preocupación, es inútil. Hay mejores cosas en que pensar. No te preguntas: «¿Con qué enfermedad debería identificarme... la tuberculosis o el cáncer?». No te preguntas eso; esas identidades nacionales son la tuberculosis y el cáncer. En un mundo mejor no habría países, en un mundo más elevado no habría religiones. Ser humano es suficiente, e incluso un día habrá que ir más allá de eso; entonces uno se convertirá en divino. Entonces hasta la Tierra será demasiado pequeña para contenerte, y las estrellas también serán tuyas, todo el universo lo será. Y cuando uno se vuelve universal, uno ha llegado.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 176

CONCLUSIÓN DEL PRINCIPIO DEL AUTORRESPETO Y LA DIGNIDAD PERSONAL


A manera de conclusión

Tu pareja, por encima de todo y sin excusas, debe amarte y respetarte. Si ninguna de las dos cosas se dan (deben ser las dos o nada), estás con la persona equivocada. Recuerda: no te merece quien te haga sufrir.

El autorrespeto es una guía, una luz en la mitad de la oscuridad. Es el punto de referencia psicológico que te dirá cuándo has perdido el norte. Si la dignidad personal se activa, el apego se diluye y pierde fuerza.

Predicar un amor recíproco es aceptar que todos los humanos son valiosos, incluido tú mismo. Resignarte a una mala relación automáticamente te quita el derecho al amor, porque serías cómplice de tu infelicidad. Defender tus derechos y negarte a la humillación te vuelve más querible y eliminar el autocastigo te hace libre.

Para vencer el apego y no volver a caer en él, tu mente debe acostumbrarse a no negociar los principios. Un ser carente de ética es un individuo sin dirección, influenciable y esencialmente contradictorio. No obstante, la vida siempre te ofrece otra oportunidad; una manera de empezar de nuevo y limpiar el pasado. En lo más profundo de tu ser hay un fortín que no ha sido tocado, una reserva moral inexpugnable que te empuja a renacer y a empezar de nuevo. Utilízala.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

viernes, 6 de septiembre de 2013

ALGO QUE COMPARTIR


El amor es una relación entre otra persona y tú. La meditación es una relación entre tú y tú mismo. El amor es hacia fuera, la meditación es hacia dentro. El amor es compartir. Pero ¿cómo puedes compartir si no lo tienes en primer lugar? ¿Qué vas a compartir?

La gente tiene ira, celos, odio, así que en nombre del amor, poco a poco empieza a compartir esas cosas, porque es eso lo que tiene. Cuando se acaba la luna de miel y te desprendas de las máscaras y la realidad cobre vida y te vuelvas un ser real, entonces, ¿qué compartirás? Aquello que tienes. Si es ira, entonces será ira; si es posesividad, entonces será posesividad. Luego surge la lucha y el conflicto y cada uno intenta dominar al otro. La meditación te dará algo que se podrá compartir. La meditación te brindará la calidad, la energía que pueden convertirse en amor si están relacionados con alguien. Por lo general no posees esa cualidad. Nadie la tiene. Debes crearla. El amor no es algo con lo que naces. Es algo que tienes que crear, algo en lo que tienes que convertirte. Es una lucha, un esfuerzo y un gran arte.

Cuando tengas un amor que rebose, entonces podrás compartir. Pero eso únicamente puede suceder cuando te relaciones contigo mismo. Y la meditación no es otra cosa que aprender a relacionarse con uno mismo.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 175

ACEPTA QUE ERES UNA ILUSIÓN


2 PENSAMIENTOS QUE ACOMPAÑAN EL ABANDONO DEL APEGADO


Los dos pensamientos más comunes que acompañan el abandono del apegado son: “Si la persona que amo no me quiere, no merezco el amor” o “Si la persona que dice quererme me deja, definitivamente no soy querible”. La consecuencia de ésta manera de pensar es nefasta. El comportamiento se acopla a la distorsión y el sujeto intenta confirmar, mediante distintas sanciones, que no merece el amor. Veamos cuatro formas típicas de autocastigarse:

a. Estancamiento motivacional: “No merezco ser feliz, entonces elimino de mi vida todo lo que me produzca placer” (autocastigo motivacional).

b. Aislamiento afectivo: “No merezco a nadie que me quiera. Cuanto más me guste alguien, más lo alejo de mi lado” (autocastigo afectivo).

c. Reincidencia afectiva negativa: Buscar nuevas compañías similares a la persona que nos hizo o todavía nos hace sufrir (profecía autocastigante).

d. Promiscuidad autocastigadora: Entregarse al mejor postor, prostituirse socialmente o dejar que hagan de uno lo que quieran (autocastigo moral).

Autocastigarse es la manera más degradante de humillación, porque proviene de uno mismo. Repito: en las relaciones disfuncionales nunca hay un solo causante. No seas injusto contigo ni te maltrates innecesariamente. Divide las cargas, elimina el autocastigo y deja que el perdón empiece a actuar.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

jueves, 5 de septiembre de 2013

AMOR Y MEDITACIÓN


FUTILIDAD


Todo es fútil (de poca importancia, insignificante). Uno ha de entender esto. Si no lo entiendes, siempre permanecerás en la ilusión. Todo es fútil, y en la vida no hay progreso, no hay mejora, porque la vida esta eternamente ahí. La vida ya es perfecta.

Todo lo que tratas de hacer para perfeccionar más la vida es fútil, pero se requiere tiempo para comprenderlo. Cuando te sientas estancado puedes hacer dos cosas. Puedes cambiar tu estilo de vida y entonces, durante unos días, estarás como en una luna de miel, las esperanzas, deseos, ambiciones y la posibilidad del mañana vuelven a cobrar vida. Pero pasado unos días ese mañana nunca llega. Una vez más vuelves a estar anclado y la totalidad de las cosas retoma su naturaleza rutinaria. 

Es igual que cuando amas a una mujer. Acabada la luna de miel, el amor se acaba. Al final de la luna de miel vuelves a buscar a otra mujer. Pero puedes ir de una luna de miel a otra, aunque no te va a ayudar de ninguna manera. Debes comprender que no hay nada que conseguir en la vida. La vida no está orientada hacia los objetivos. La vida está eternamente aquí y ahora. Ya es perfecta. No se puede mejorar. 

Cuando comprendes esto, entonces no hay futuro, no hay esperanza, ni deseo ni ambición. Vives el momento; lo disfrutas.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 174

ELIMINAR TODA FORMA DE AUTOCASTIGO


Cuando una relación anda mal, nunca hay un solo responsable. La hecatombe afectiva siempre es función de dos, quizá no en las mismas proporciones, pero cada cual aporta su cuota: unos por defecto y otros por exceso.

En el caso del apego afectivo, cuando el vínculo se rompe el apegado suele activar su más dura autocrítica. De manera inclemente, como si le gustara sufrir, agrega más dolor al sufrimiento. Durante treinta años de matrimonio, una mujer mayor había atendido a su marido a la vieja usanza. Entre sus obligaciones estaban quitarle los zapatos cuando llegara de trabajar, escogerle la ropa por la mañana, cortarle las uñas de los pies y de las manos, teñirle el bigote, enjabonarle la espalda, cortarle el pelo, darle masajes y atenderlo en lo que fuera necesario: una moderna geisha, a la antigua. El problema era que el señor se había conseguido una amiguita y había desplazado a su devota esposa a un frío y distante segundo lugar. Lo que más le dolía a la señora era la forma en que lo había hecho: “No me importa tanto que sea infiel, sino el desprecio… (llanto) … El está totalmente indiferente conmigo, casi no me habla y se fue para otra alcoba… (llanto)… No sé por qué me rechaza… Yo he sido muy buena esposa…” Cuando le pregunté si no sentía indignación, rabia o ganas de estrangularlo, me contestó que su sentimiento no era de ira, sino de pesar y culpa: “Ayer me enteré que pidió cita para cortarse el cabello… No sé, me siento culpable de que tenga que ir a donde el peluquero… Llevo muchos años cortándole el pelo… ¿No cree que debería seguir motilándolo pese a todo?...” Sentirse culpable de no seguir siendo sumisa es una culpa al cuadrado. Un récord y un excelente ejemplo de cómo no se debe actuar para mantener el autorrespeto a flote. La pobre mujer estaba tan acostumbrada a ceder, que cuando la traicionaron se sintió traidora.

Otro de mis pacientes, al enterarse que su mujer ya no le quería, comenzó a autocastigarse verbalmente. Sus registros mostraban infinidad de autoverbalizaciones negativas: “Soy un idiota”, “A mi nadie me puede querer”, “Si hubiese sido más cariñoso, no me habrían dejado de querer”, “Soy torpe en el amor”, en fin, cientos de inculpaciones diarias, en voz baja, reciclables y altamente dañinas. El resultado fue inevitable: depresión mayor y clínica de reposo.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso
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