lunes, 2 de septiembre de 2013

¿CENTRADO EXCESIVAMENTE EN TUS OBJETIVOS? ¿Y EL CAMINO?


DEJARSE HUMILLAR V (Darle Gusto al Otro)



Quinta Categoría de Humillación:

Una quinta manera de doblegarse y caer en el desdén es desvirtuar la propia esencia para darle gusto al otro. Complacer a la persona que se ama es uno de los placeres más agradables y excitantes. Satisfacer, consentir y colaborar con el bienestar del otro forma parte de la convivencia próspera. De hecho, sin reforzadores el amor se siente pero no se ve; es decir, no alcanza. Sin embargo, este “dar” a borbotones debe tener un límite autoimpuesto: no debo atentar contra mí mismo para que mi pareja sea feliz. Una mujer casada hacía poco tiempo, muy apegada a su pareja, rápidamente se había adaptado a las “preferencias” sexuales del marido. Drogas estimulantes de todo tipo, tríos, cuartetos, juegos sádicos, prostitución, pornografía violenta, en fin, un repertorio que haría parecer ingenuo al propio Marqués de Sade en persona. La joven había recibido una educación formal tradicional y a sus veintidós años no había tenido la oportunidad de experimentar demasiado. No obstante, el miedo a no dar la talla y a decepcionar al esposo hacía que se entregara a prácticas que no disfrutaba ni compartía moralmente. Ella no estaba hecha para esa vida. Cuando se le sugirió que fuera asertiva y manifestara su inconformidad, no fue capaz. Asistió a dos o tres citas y nunca más volví a saber de ella. Todavía hoy, cuando por alguna razón me enfrento al tema del abuso y la violencia sexual, su rostro tímido y asustadizo me viene, inexorablemente, a la memoria. El apego puede afectar la tendencia sexual, la posición política, la sensibilidad social y hasta la más arraigada creencia moral o religiosa.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

domingo, 1 de septiembre de 2013

EL TIEMPO PSICOLÓGICO

ABANDONA EL TIEMPO PSICOLÓGICO

Aprende a usar el tiempo en los aspectos prácticos de tu vida —podemos denominarlo el «tiempo del reloj»—, pero regresa inmediatamente a la conciencia del presente cuando esos asuntos prácticos estén resueltos. Así no habrá una acumulación de «tiempo psicológico», que es la identificación con el pasado y la continua proyección compulsiva hacia el futuro.

Si te marcas un objetivo y avanzas hacia él, estás usando el tiempo del reloj. Eres consciente de adonde quieres ir, pero valoras y das la máxima atención al paso que estás dando en este momento. Si te centras excesivamente en el objetivo, quizá porque estás buscando la felicidad, la realización, o completar tu sentido de identidad, dejas de honrar el ahora. Entonces se queda reducido a un simple paso intermedio sin valor intrínseco que te permite acceder al futuro. El tiempo del reloj se convierte en tiempo psicológico. Tu camino de vida deja de ser una aventura y se reduce a una necesidad obsesiva de llegar, de alcanzar, de «lograrlo».

Dejas de mirar y de oler las flores que están a los lados del camino y dejas de interesarte por la belleza y el milagro de la vida que se desarrolla a tu alrededor cuando estás presente en el ahora.

¿Estás siempre tratando de llegar a otro lugar distinto de donde estás? ¿Son la mayoría de tus acciones sólo un medio para conseguir un fin? ¿Pospones siempre la satisfacción o la reduces a breves placeres como el sexo, la comida, la bebida, las drogas o las emociones intensas y la excitación? ¿Estás siempre centrado en conseguir, alcanzar y llegar a ser, o, alternativamente, estás siempre buscando una nueva emoción o placer?

¿Crees que si adquieres más cosas te sentirás más realizado, serás lo suficientemente bueno o estarás psicológicamente completo? ¿Esperas que un hombre o una mujer dé sentido a tu vida?

En el estado de conciencia normal, es decir, no iluminado, el poder y el infinito potencial creativo que residen en el ahora quedan totalmente oscurecidos por el tiempo psicológico. Tu vida pierde la cualidad vibrante, la frescura, la maravilla. Las viejas pautas de pensamiento, emoción, conducta, reacción y deseo se expresan en acciones absolutamente repetitivas; son un guión mental que te da una especie de identidad, pero distorsiona o encubre la realidad del ahora. A continuación la mente crea una obsesión en la que el futuro sirve para escapar de un presente insatisfactorio.

Lo que percibes como futuro es parte intrínseca de tu estado de conciencia ahora. Si tu mente lleva una pesada carga del pasado, experimentarás más de lo mismo. El pasado se perpetúa a sí mismo por la falta de presencia. La calidad de tu conciencia en este momento es lo que conforma el futuro, que, por supuesto, sólo puede ser experimentado como el ahora.

Y si la calidad de tu conciencia en este momento es lo que determina el futuro, ¿qué determina la calidad de tu conciencia? El grado de presencia que tengas. Por tanto, el único lugar donde puede ocurrir el verdadero cambio y donde puede disolverse el pasado es el ahora.

Quizá te cueste reconocer que el tiempo es la causa de tus sufrimientos y de tus problemas. Crees que están causados por situaciones específicas de tu vida, y desde el punto de vista convencional eso es verdad. Pero hasta que no enfrentas la disfunción fundamental de la mente —su apego al pasado y al futuro y su negación del ahora—, en realidad los problemas son intercambiables.

Si hoy desaparecieran milagrosamente de tu vida todas las causas de sufrimiento o infelicidad, pero no 
estuvieras más presente, más consciente, pronto te encontrarías con una serie de problemas similares, como 
una sombra que sigue tus pasos. En último término sólo hay un problema: la mente ligada al tiempo.

En el tiempo no hay salvación. No puedes ser libre en el futuro.

LA PRESENCIA ES LA LLAVE de la libertad, de modo que sólo puedes ser libre ahora.

PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle

EL TIEMPO NO CURA LAS HERIDAS


PENSAR QUE LO MEREZCO (4ta CATEGORÍA DE HUMILLACIÓN)


Cuarta Categoría de Humillación:

Una forma muy común de humillación y especialmente lastimosa, que podría considerarse una variante de la anterior (dejarse explotar), es aceptar el maltrato con estoicismo. Los pensamientos serviles que se esconden detrás de esta forma de sumisión suelen ser dos: “Si me castigan es porque lo merezco” o “Si no me quejo y aguanto estoicamente, nunca me abandonará”. Por lo general, estas personas han sido víctimas de un lavado cerebral sistemático por parte de su pareja. Si el adicto afectivo tiene la mala suerte de caer en manos de una persona mal intencionada, literalmente puede acabar con todo rastro de voluntad. Como si se tratara de una secta, en poco tiempo el apegado acepta cualquier cosa y se entrega como cordero al matadero. Más aún, he visto sujetos dependientes que se sienten honrados de soportar el maltrato. Reverenciar al verdugo es la máxima expresión de obediencia rastrera. Para estos sujetos, el autoengaño sea probablemente la mejor manera de sobrevivir a un conflicto afectivo sin escape. Hay subyugados que se sienten orgullosos de serlo. Liberarlos es imposible. Parafraseando a Séneca: “No hay esclavitud más vergonzosa que la voluntaria”.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

LAS COSAS COMO SON


sábado, 31 de agosto de 2013

EL DIABLO AYUDA


¡¡HAY COSAS QUE NI YO PUEDO HACER!!


Para no sofisticar tanto el tema (el de la libertad), y para que no quede ninguna duda, utilizaré la fórmula de mi paciente Antonio que una tarde, al final de una sesión, irónicamente comentó:

—Habrá que aceptarlo... ¡¡Hay cosas que NI YO puedo hacer!!

Repito... No somos omnipotentes porque hay cosas que obviamente no podemos hacer realidad, y no tienen nada que ver con las leyes de los hombres, con las normas vigentes, con las limitaciones impuestas, con la educación ni con la cultura.

De hecho, alguien puede dimensionar la idea de ser omnipotente, de hacer todo lo que quiere, de volverse Dios. Sin embargo, desde el punto de vista filosófico y racional, ni siquiera Dios podría ser omnipotente.

¿Por qué? Los argumentos formales acerca de que Dios podría terminar con el mal en el mundo y demás, para los teólogos forman parte del plan divino que uno no entiende. Es decir, Dios sí sería omnipotente porque elegiría no hacer esto por razones inaccesibles para nosotros.

Pero hay un sofisma —un planteo lógicamente correcto, pero que llega a una conclusión irracional o que no puede demostrarse como posible— que siempre me atrajo.

El sofisma (razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso) respecto de la imposibilidad de la omnipotencia es el siguiente.

Planteo número uno: Dios existe.
Planteo número dos: Dios es omnipotente.
Planteo número tres: Si Dios es omnipotente puede hacer todo.
Planteo número cuatro: Por lo tanto, puede hacer una piedrita chiquita, y puede hacer una piedra enorme, también. ¿Puede Dios hacer una piedra tan grande y tan pesada que no la pueda levantar nadie, ningún ser humano sobre la Tierra? También. Pero... ¿puede hacer Dios una piedra tan grande y tan pesada que no la pueda levantar ni siquiera él mismo?

Ahora: Si no pudiera hacerla, entonces no sería omnipotente; ya que habría una cosa que no podría hacer. Y si pudiera en efecto hacerla, entonces habría una piedra que él no podría levantar, con lo cual tampoco sería omnipotente.

Muy lejos de ser un Dios, hay infinitas cosas que yo sé que 
no puedo hacer. Aunque quisiera en este preciso momento cerrar los ojos, abrirlos y estar en Granada 
con Julia, no está dentro de lo que fácticamente puedo elegir, y no dejo de ser libre por no poder hacer eso.

¿Pero puedo yo elegir ahora bajar a la calle y en lugar de tomarme un taxi ir caminando aunque llueva 
torrencialmente? Sí. ¿Puedo yo bajar a la calle y esconderme en un callejón y golpear con un palo a la primera 
persona que pase? Sí. Hacerlo o no, depende de mí y no de mi limitación en los hechos.

Es en ese terreno donde se juega la libertad, en las decisiones que tomo cuando elijo dentro de lo posible.

Dicho de otra manera:

La libertad consiste en mi capacidad para elegir
dentro de lo fácticamente posible.

Esta definición implica que sólo se puede hablar de libertad bajo ciertas condiciones.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

DEJA DE BUSCAR...


viernes, 30 de agosto de 2013

EL AMOR NO ILUMINADO


El amor no representa necesariamente libertad. Debería ser así... seria lo ideal. Así que recuerda siempre, si amas a alguien con conciencia, solo entonces va a ser una bendición. De lo contrario, nadie sabe...

El amor puede ser destructivo de muchas maneras, porque no es necesariamente algo iluminado. Una madre ama a su hijo y todo el mundo sufre por ese amor. Pregúntaselo a los psiquiatras, a los psicólogos. Afirman que todas las neurosis se pueden reducir a la relación madre-hijo. Muchas personas que hay en los psiquiátricos sufren únicamente de amor. Los padres aman a sus hijos, los sacerdotes aman, los políticos aman. Todo el mundo ama, pero el amor no es algo necesariamente iluminado. 

Cuando el amor es iluminado, es compasión. Entonces posee una cualidad totalmente diferente. Te aporta libertad. Toda su función es brindar libertad. Y no solo habla de libertad, sino que realiza los máximos esfuerzos para volveros libres y destruir todos los obstáculos que surgen en el sendero del amor. 

Así que el amor puede existir, pero no puede estar alerta. Entonces es destructivo. El amor más conciencia es igual a compasión. El amor solo no es suficiente, de lo contrario el mundo ya se habría convertido en un paraíso. Amas a tu pareja, tu pareja te ama, pero ¿qué pasa al final? Nada más que destrucción. Tu amor está bien, pero tú no. Hay algo en lo más hondo del inconsciente que no deja de crear cosas de las que no eres consciente. 

No digo que haya que negar el amor, pero sí que no debería ocupar el primer lugar. Ese privilegio debería tenerlo la conciencia. El amor ha de seguirla como una sombra.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 171
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