miércoles, 21 de agosto de 2013

EL RONRONEO DE LOS GATOS


Alejandro Jodorowsky: 
“Amor es lo que tenemos mi gato y yo: ¡no nos pedimos nada, y ni él quiere cambiarme, ni yo a él! 

Eso es el amor: estar contento con la existencia del otro, simplemente. No esperar nada de él.”

AMOR SALVAJE


NO TENER GOBIERNOS



NO ES NECESARIO LEVANTAR LA VOZ


¡HOY YA NO IMPORTA!


MUJERES GORDAS

Muy peculiar punto de vista de Osho sobre las mujeres gordas:

En Occidente ha arraigado la idea estúpida de que la gordura está mal. De hecho, en Oriente gustan más las mujeres gordas.

Observad a las actrices hindúes. En la India, gustan más las mujeres gordas. Una mujer delgada no es natural. Puede estar a dieta y forzándose a tratar de permanecer flaca, pero no es natural. 

Deja que la naturaleza siga su curso y todas las mujeres engordarán. Tienen que hacerlo, porque una mujer ha de acopiar más grasa para el niño. Un hombre no puede acumular tanta grasa. Carece de espacios vacíos en su interior, pero una mujer tiene muchos. Los necesita; son reservas de energía. Cuando el bebé llegue al útero, necesitará mucha energía, grasa, alimento, y la mujer no podrá comer, de modo que esa reserva ayuda. Solo una mujer gorda puede ser una buena madre. 

Pero en Occidente ha surgido un concepto estúpido. No te preocupes por él. No para de cambiar. Se modifica en cada época. A veces a la gente le encantan las mujeres gordas, otras las delgadas; es como una moda. Y las mujeres jamás han expresado qué es lo que realmente les gustaría ser. Siempre miran al hombre y lo que a este le gusta. 

Si observas las antiguas estatuas hindúes, los templos Khajuraho, Konark y Puri, siempre encontrarás mujeres gordas, porque en la India siempre han honrado la maternidad de la mujer. Así que no te preocupes. ¡Disfrútalo! ¡Hazte hindú!

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 164

martes, 20 de agosto de 2013

EL CAMBIO NO ES DOLOROSO


¿EXISTE REALMENTE LA LIBERTAD?


Ser libre es poder hacer lo que uno quiere.

Y entonces, la pregunta que se dibuja es: ¿Existe realmente la libertad?

Porque sabemos que nadie puede hacer “todo” lo que quiere...
Nadie puede, por lo tanto, ser totalmente libre.

Si nos detenemos brevemente no podremos evitar llegar hasta esa horrible conclusión:

Que no podemos ser libres. Por lo menos no absolutamente libres.
Y nos consolaremos pensando que, por lo menos, podemos conquistar algunas libertades.

Por ejemplo, la libertad de pensamiento.

Acaso un poquito limitados por nuestra educación, y un poco más aún restringidos por las influencias de 
la publicidad, creo que podríamos acordar que tenemos la libertad absoluta de pensar lo que se nos venga en 
ganas, sin restricciones, sin censuras, sin impedimentos.

Sin embargo, cuando nos preguntamos si somos libres, sinceramente, ¿nos referimos a esta idea de 
libertad? Parece ser que no. Porque al reducir el concepto de libertad al pensamiento, estaríamos omitiendo 
una serie de aspectos importantes que tienen que ver con lo fundamental de nuestra vida, afortunadamente 
mucho más ligada a la acción que al pensamiento. Si algo me define en mi relación con el universo, esto es 
mucho más lo que hago que lo que pienso, y en el mejor de los casos, lo que hago con lo que pienso.
Llegados aquí, el asunto es el siguiente:

¿Para qué me sirve pensar libremente si no puedo actuar?
Conformarme sólo con la libertad de pensamiento conduce a no tener el espacio en el cual vivir mi vida.

Sería como armar un mundo virtual de infinitos “como si” computados y programados. Un mundo de fantasía 
sin sorpresas con el propio intelecto como protagonista. Un “mundo feliz”, como el de Huxley, absolutamente 
previsible y tedioso.

Una obra de teatro con infinitos ensayos pero nunca estrenada.
La libertad de pensar es muy importante, pero no ganamos nada si no somos capaces de hacer algo con 
lo que pensamos, si no podemos convertirla en acción, aunque sea una pequeña acción para nosotros mismos.
La acción, en cambio, puede cambiar nuestra inserción en el mundo, puede sorprendernos con lo 
imprevisto y, a su vez, terminar modificando lo que pensamos.

En una de mis charlas sobre este tema, una joven dijo:
“Eso pasa mucho con la gente grande, están todo el tiempo pensando”.
Y hay mucho de verdad en esta afirmación.
Yo no tengo nada en contra de pensar, sencillamente digo que la libertad de pensar, sola, no conduce a 
nada y no es una libertad de la cual uno se pueda ufanar.

Lo que importa del ejercicio de la libertad tiene que ver con la acción, con la libertad de hacer.

Al respecto, si confirmamos que Nadie puede hacer Todo lo que Quiere, debemos aceptar con resignación 
que la libertad absoluta no existe.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

UNA MUESTRA DE LA FALTA DE CONCIENCIA DEL HOMBRE



SER HERIDO


Millones de personas han decidido no ser sensibles. Han desarrollado pieles gruesas a su alrededor para evitar que alguien los hiera. Pero a un gran precio. Nadie los puede herir, pero nadie los puede hacer felices tampoco.

Cuando empiezas a abrirte, habrá dos cosas disponibles: a veces estará nublado y otras resplandecerá el sol. Pero si permaneces cerrados en tu cueva, entonces no habrá nubes ni sol. Es bueno salir, bailar con el sol, y, sí, también sentirse a veces triste con las nubes... y a veces soplará un viento fuerte.

Cuando sales de la cueva, todas las cosas son posibles, y una de ellas es que la gente te puede herir... pero esa es solo una de ellas. No pienses mucho en ello, de lo contrario te volverás a cerrar. Hay millones de cosas; piensa también en eso. Serás más feliz, más cariñoso. Estarás más disponible, y la gente estará más disponible para ti. Serás capaz de reír, podrás celebrar. Piensa en mil y una cosas. ¿Por qué elegir solo una, que la gente te herirá? 

Cuando sales de la habitación, ahí afuera está todo el universo, ¿y no piensas en la Luna y las estrellas, sino solo en infecciones? Entonces sentirías un temor desproporcionado. Sí, hay infecciones. Pero cuando sales al exterior, sales al exterior; el sol te aportará sus vitaminas y el viento podría arrastrar algunas infecciones. Todo es posible, pero eso es la vida.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 163
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