sábado, 28 de julio de 2012
CONTENERSE
No permites que la mujer entre en todo tu ser y lo conozca en su totalidad, porque en cuanto te conoce totalmente puede experimentar desinterés. Mantienes algunos rincones distantes para que ella siga pensando: «¿Qué son esos rincones? ¿Qué más tienes para dar?». Y busca y busca, y te persuade y te seduce... Y de la misma manera ella retiene y contiene mucho.
Existe cierta comprensión, una comprensión animal, de que una vez que se ha conocido el misterio, este desaparece. Amamos el misterio, amamos lo desconocido: cuando es conocido, cartografiado, medido, entonces se ha acabado. ¿Qué otra cosa queda? Nuestra mente aventurera empezará a pensar en otras mujeres y ella empezará a pensar en otros hombres. Eso es lo que les ha sucedido a miles, millones, de maridos y esposas: se han mirado totalmente... ¡y se han acabado! En ese momento el otro carece de alma, porque el misterio no está ahí... y el alma existe en el misterio.
Esta es la lógica que hay en ello. Pero cuando eres verdaderamente independientes y estas entregado al dios del amor, entonces te puedes abrir por completo. Y en esa apertura te conviertes en uno. Cuando dos personas están abiertas dejan de ser dos. Cuando los muros desaparecen, la habitación es una.
Y ahí es donde radica la realización. Eso es lo que buscan todos los amantes, con lo que sueñan y lo que desean. Pero si no lo entiendes correctamente, puedes buscar y buscar en la dirección equivocada.
OSHO
Día a Día (día 20)
viernes, 27 de julio de 2012
QUIETUD
Mira un árbol, una flor, una planta. Deja que tu conciencia descanse en ellos. ¡Qué quietud manifiestan, qué profundamente enraizados están en el Ser! Permite que la naturaleza te enseñe la quietud.
Cuando miras un árbol y percibes su quietud, tú mismo te aquietas. Conectas con él a un nivel muy profundo. Te sientes unido a cualquier cosa que percibes en y a través de la quietud. Sentir tu unidad de tí mismo con todas las cosas es verdadero amor.
El silencio ayuda, pero no es necesario para hallar la quietud. Aunque haya ruido, puedes sintonizar con la quietud subyacente, el espacio en el surge el ruido. Ese es el espacio interno de pura conciencia, la conciencia misma.
Puedes darte cuenta de que la conciencia es el trasfondo de todas tus percepciones sensoriales, de toda tu actividad mental. Siendo consciente de la conciencia surge la quietud interna.
Cualquier ruido molesto puede ser tan útil como el silencio. ¿Cómo? Abandonando tu resistencia interna al ruido y permitiendo que sea como es; esa aceptación también te lleva al reino de paz interna que es quietud.
Cuando aceptas profundamente este momento tal como es —tome la forma que tome—, estás sereno, estás en paz.
Presta atención a la pausa: la pausa entre dos pensamientos, al breve y silencioso espacio entre las palabras de una conversación, entre las notas de un piano o de una flauta, o al breve descanso entre la inspiración y la espiración.
Cuando prestas atención a esas pausas, la conciencia de «algo» se convierte simplemente en conciencia Surge de dentro de ti la dimensión informe de pura conciencia y reemplaza la identificación con la forma.
La verdadera inteligencia actúa silenciosamente. Es en la quietud donde encontramos la creatividad y la solución a los problemas.
ECKHART TOLLE
El Silencio Habla
DOMANDO AL EGO
No conviertas un dolor en sufrimiento: déjalo venir, déjalo pasar, no te aferres a él… Sé lo que eres en el presente, deja atrás el pasado, no cargues culpas. Elimina toda ansiedad por el futuro. Prepárate a trabajar por tu evolución hasta el último instante de tu vida… No le rindas cuentas a nadie: sé tu propio juez. Aprende a criticarte a ti mismo y también a felicitarte. Cada noche, antes de dormir, repasa tu día y juzga tus acciones con objetividad… Si quieres triunfar, aprende a fracasar. No te definas por lo que posees… Nunca conviertas una actividad u otro ser en el motivo de tu existencia: entrégate a tu propia vida, no delegues tu poder. Cuando hables con alguien no lo interrumpas hasta que haya expresado su idea. Mientras lo escuchas no lo contradigas o apruebes mentalmente: óyelo sin tener opiniones. Cuando se calle, tú, libremente, considera lo que ha dicho y reacciona como tu conciencia te lo dicte. No te comprometas con ideas en las que no crees, ni siquiera por necesidad de obtener un trabajo… No des consejos sin advertir antes: “Según lo que yo creo y hasta donde yo sé, arriesgando equivocarme”. Nunca afirmes algo sin decir al final “Hasta cierto punto, en tal fecha y en tal sitio”… Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar. Nunca hables de ti como si fueras un ente limitado, siempre que actúes piensa que no existes individualmente, que lo que haces se hace impulsado por fuerzas colectivas… Sólo aceptando que nada es tuyo serás dueño de todo. Conviértete en una total ofrenda… Cesa de hablar mal de los otros o del mundo: cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien di sólo sus cualidades. Si no le encuentras cualidades, calla… Haz lo más frecuente posible actos positivos para el otro y el mundo en forma gratuita y anónima… Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal, considéralo tu Maestro… Acepta sin envidia los valores del otro… No hables haciendo resonar tu voz en la cabeza o en la nariz o en tu garganta, hazla resonar en tu pecho: usa la voz del corazón… No toques el cuerpo del otro para tomarle algo o para rebajarlo: tócalo para acompañarlo… No mires con disimulo, mira siempre directo… Da, pero no obligues a recibir… No hagas sentir culpable a nadie y acepta que eres cómplice de todo lo que te sucede… No olvides a tus muertos queridos, pero dales un sitio limitado que les impidan invadir toda tu vida. En el lugar donde habitas consagra un pequeño sitio a lo sagrado… Que nunca en tu cocina haya suciedad o desorden… Cuando rindas un servicio no te quejes ni hagas resaltar tus esfuerzos: si decides ayudar o trabajar para otro, hazlo con placer sin esperar agradecimientos… Si prometes, cumple… Si dudas entre hacer o no hacer, arriésgate a hacer, aceptando la posibilidad de fracasar…No definas a alguien ni por su raza, ni por su sexo, ni por su profesión, ni por sus ideas, simplemente no lo definas… No imites ni copies, absorbe y transforma… Deja de pedir y comienza a agradecer… No trates de ser todo para alguien: concédele la libertad de buscar en otros lo que tú no puedes darle. Otórgate a ti mismo ese derecho… Cuando te hagan una pregunta no te obligues a dar una respuesta: puedes callar, hacer un gesto, o reemplazar la respuesta por otra pregunta… Para obtener algo, desea de verdad obtenerlo… Trata al otro como quisieras que te trataran a ti… Si no quieres cometer errores, nunca lograrás la perfección… Si no tienes la fe y la quieres obtener, imítala… Cuando alguien esté triunfante delante de un público no vayas a su territorio para contradecirlo con el objeto de robarle ese público. Crea tu propio sitio y tu propio público… En casa ajena come con moderación.
A donde te han invitado, llega siempre con un regalo… Vive de un dinero ganado por ti mismo con placer… No te adornes con ideas ajenas. No te fotografíes junto a personajes famosos. No te jactes de aventuras amorosas… Abandona tus hábitos físicos, sexuales, emocionales y mentales, busca constantemente el cambio… No te vanaglories con simpatía de tus debilidades… Nunca veas a alguien sólo para llenar tu tiempo… En las conversaciones trata de no hablar de ti y ni de acontecimientos temporarios, habla de temas… Por lo menos una vez al día siéntate inmóvil, deteniendo tus palabras, tus emociones y deseos: observa tu acontecer interior como si estuvieras sentado en una orilla viendo pasar un río… No impidas que tus hij@s vayan más lejos que tú, acepta el camino que ell@s elijan. Nunca les critiques a sus seres amados. Déjal@s crecer como y hacia donde ell@s quieran… No te disfraces con personalidades falsas para que te admiren… Actúa por el placer de actuar y no por lo que esta acción puede hacerte ganar… Obtiene para repartir… Si alguien te dice que has cometido una falta y tiene razón, no le discutas y reconoce de inmediato esa falla… Nunca des un regalo preocupándote después de lo que el que lo recibió hizo de él… Si hablas con personas de las que desconfías, no respires por la boca. Tenla cerrada e inhala sólo,por la nariz. No le respondas “No es verdad”, dile mejor “Yo creo otra cosa”.
ALEJANDRO JODOROWSKY
EL REGALO
Una vez vivió un gran guerrero. Aunque bastante viejo, él aún podía derrotar a cualquier retador. Su reputación se extendió a lo largo y ancho del país, y muchos estudiantes se reunieron para estudiar con él. Un día, un infame joven guerrero llegó a la aldea. Estaba determinado en ser el primer hombre en derrotar al gran maestro. Junto con su fuerza, tenía una inexplicable habilidad de notar y de explotar cualquier debilidad en un adversario. Esperaba a que su rival hiciera el primer movimiento, de esa manera revelando una debilidad, y después golpeaba con una despiadada fuerza y una velocidad de relámpago. Nunca, nadie había durado en un combate con él, más allá del primer movimiento.
Muy en contra del consejo de sus preocupados estudiantes, el viejo maestro aceptó con mucho gusto el desafío del joven guerrero. Cuando los dos estuvieron en guardia para la lucha, el joven guerrero comenzó a lanzar insultos al viejo maestro. Tiró mugre y escupitajos en su cara. Por horas lo atacó verbalmente con cada maldición e insulto conocido por los hombres. Pero el viejo guerrero simplemente estaba parado allí, inmóvil y tranquilo. Finalmente, el joven guerrero se agotó. Sabiendo que había sido derrotado, se marchó, sintiéndose avergonzado. Algo decepcionados porque no luchó con el insolente joven, los estudiantes se reunieron alrededor del viejo maestro y le preguntaron. “¿Cómo pudo usted aguantar tal indignidad? ¿cómo lo alejó?”. “Si alguien viene darles un regalo y ustedes no lo reciben” contestó el maestro, “¿a quién pertenece? -preguntó el samurai.- A quien trató de entregarlo -respondió uno de los discípulos.
- Es lo mismo con la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. Cuando no se los acepta, le continúan perteneciendo a quien los trae consigo.
- Es lo mismo con la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. Cuando no se los acepta, le continúan perteneciendo a quien los trae consigo.
Cuento Zen
jueves, 26 de julio de 2012
¿CUÁL CUCHARA?
Un hombre ganó algo de dinero en las carreras de caballos y lo celebró yendo a cenar a un buen restaurante. Mientras le servían la cena, se fijó en que los cubiertos eran de plata auténtica. Así que comió rápidamente, se guardó una cuchara en el bolsillo, y se levantó con intención de marcharse. Al llegar a la puerta, el camarero salió tras él y le dijo: "Disculpe señor, ¿qué hay de la cuenta?".
El hombre se volvió y dijo: "¿Qué cuchara?".
La cuchara que había robado ocupaba su mente por completo. Al ver que el camarero venía tras él, estaba seguro de que era por la cuchara. No oyó la palabra "cuenta", oyó la palabra "cuchara". Y es comprensible; es natural. Estás tan lleno de cucharas robadas que cuando te ofrecen felicidad, reaccionas inmediatamente: ¿qué cuchara?".
"La gente es muy extraña. Quiere grandes teorías, filosofías, pero no quieren una vida grande. Quieren que les convenzan con grandes conceptos filosóficos, pero no quieren que su corazón se convierta en una flor abierta danzando al viento, bajo el sol, bajo la lluvia. Se dedican a acumular en su memoria todo lo que oyen. En primer lugar, nunca lo oyen todo. En segundo lugar, oyen cosas que no se han dicho en absoluto. En tercer lugar, lo interpretan según sus propios prejuicios. Y en cuarto lugar, se limitan a acumularlo. Convertirse en una gran enciclopedia no sirve de nada.
Osho
No te cruces en tu camino. No puedes evitar ser quien eres
Fuente: Osho Maestro
EL SILENCIO
Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo.
Tu sentido más interno de ti mismo, tu sentido de quién eres, es inseparable de la quietud. Ése es el Yo Soy que es más profundo que el nombre y la forma.
La quietud es tu naturaleza esencial. ¿Qué es la quietud? El espacio interno o conciencia en el que las palabras de esta página son percibidas y se convierten en pensamientos. Sin esa conciencia, no habría percepción, ni pensamientos, ni mundo.
Tú eres esa conciencia, disfrazada de persona.
Equivalente del ruido externo es el ruido interno del pensamiento. El equivalente del silencio externo es la quietud interna.
Cuando quieras que haya silencio a tu alrededor, escúchalo. Esto significa que, simplemente, has de darte cuenta de él. Préstale atención. Escuchar el silencio despierta la dimensión de quietud dentro de tí, porque sólo la quietud te permite ser consciente del silencio.
Observa que en el momento de darte cuenta del silencio que te rodea, no estás pensando. Eres consciente, pero no piensas.
Cuando te das cuenta del silencio, se produce inmediatamente ese estado de serena alerta interna. Estás presente. Has salido de miles de años de condicionamiento colectivo humano.
Eckhart Tolle
El Silencio Habla
DIVORCIO
¿Qué consejo darías de cómo llevar la relación con tus hijas pequeñas después de un divorcio y tu quieres rehacer tu vida?
Fabrica un gran corazón hueco, con una puerta. Muéstralo a tus hijitas y di que es tu corazón que ama.
Abre la puerta y saca de él las fotos de tus hijas, luego una de su mamá, de los abuelos,
y por fin una foto de una mujer. Les dices que se puede amar a much@s.
*
”La única manera que tenemos de acabar con los divorcios es cesar de casarnos.”
*
¿Qué hacer en la víspera de un divorcio?
Envíale a tu pareja un ramo de rosas blancas, una por cada año que vivieron juntos.
ESPONTANEIDAD
Pase lo que pase, acéptalo y disfrútalo, y no forces nada. Si tenéis ganas de hablar, hablad. Si sientes que te apetece el silencio, guarda silencio... simplemente avanza con la sensación. No forces nada de ninguna manera, ni siquiera por un momento, porque en cuanto lo haces, quedas divididos en dos, y eso crea un problema, ya que entonces toda tu vida se escinde (divide o separa).
Toda la humanidad se ha vuelto casi esquizofrénica, porque se nos ha enseñado a forzar las cosas. La parte que quiere reír y la parte que no te permite reír se separan, y entonces quedas dividido en dos. Creas un jefe y un subordinado, y por ello hay conflicto. El abismo que crea ese conflicto puede ir haciéndose cada vez más y más grande. De modo que el problema radica en cómo unir esa grieta y no volver a crearla.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)