Un único momento puede convertirse en la eternidad, porque no se trata de duración, sino de profundidad. Hay que entender esto: el tiempo es duración, la meditación es profundidad.
El tiempo es duración: un momento que sigue a otro momento que sigue a otro momento; una hilera, una línea, un proceso lineal... pero uno se mueve horizontalmente en el mismo plano. Tic... tic... pasan los momentos... pero el plano sigue siendo el mismo.
En momentos de profundidad, de repente desciendes o asciendes. Ambas cosas son lo mismo, pero has dejado de estar en un plano horizontal... te vuelves vertical. De repente un giro, y escapas del proceso lineal. Uno siente miedo porque la mente solo existe en el plano horizontal. La mente se asusta. ¿Adónde vas?