La vida no ofrece garantías. Dar un primer paso no nos garantiza el éxito, no nos garantiza llegar adonde nos habíamos propuesto, no nos garantiza cumplir íntegramente nuestras expectativas. Dar ese primer paso es la recompensa, estar dispuestos a vivir y a arriesgarnos para mejorar nuestra vida es la recompensa, enfrentarnos a nuestros fantasmas y a nuestras limitaciones es la recompensa, el aprendizaje vital y el autoconocimiento es la recompensa.
No se requiere mucho valor para dar un pequeño paso. Sin embargo, ese coraje acumulado en cada pequeño paso es el motor que nos impulsa, llegado el momento, a dar los grandes pasos que marcan la diferencia en nuestra vida, esos pasos que representan un antes y un después, que albergan la posibilidad de un nuevo renacer personal.
Daniel Ramos Autó
Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet
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