Un granjero hizo llamar a un sacerdote de la secta Tendai para que recitara sutras en memoria de su esposa, que había fallecido. Cuando la lectura terminó, el granjero preguntó: «¿Crees que mi mujer ganará algún mérito con esto?».
«No sólo tu mujer, sino todos los seres vivos se beneficiarán de la recitación de los sutras», contestó el sacerdote.
«Si, como dices, todos los seres vivos se beneficiarán», dijo el granjero, «puede que otros se beneficien de la debilidad de mi mujer, quedándose con los méritos que a ella le corresponden. Le ruego que recite los sutras sólo para ella».
El sacerdote explicó que el anhelo de un budista era ofrecer bendiciones y desear méritos para todo ser vivo.
«Es una enseñanza hermosa», aceptó el granjero, «pero te ruego que hagas una excepción. Tengo un vecino que se comporta de un modo grosero y mezquino conmigo. Exclúyelo de todos esos seres vivos».
Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet
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