Una vez, un grupo de mendigos leprosos llegaron a la asamblea del Maestro zen Bankei, un instructor de masas de gran corazón. Bankei los admitió en su compañía, y cuando los inició, incluso los lavó y les afeitó las cabezas con sus propias manos.
Dio la casualidad de que se encontraba presente cierto caballero, representante de un barón que tenía fe en Bankei y que ya había construido un templo en su provincia, donde el instructor podría entrenar a sus discípulos y dirigirse al pueblo.
Repugnado ante la vista del Maestro zen afeitando las cabezas de los intocables, el caballero llevó apresuradamente una palangana de agua para que Banlcei se lavara las manos.
Pero el Maestro la rechazó, haciendo la siguiente observación: «Tu repugnancia es más inmunda que sus llagas.»
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* A lo largo del texto, Maestro con mayúscula traducirá la palabra inglesa Master —en el sentido de líder religioso o persona iluminada con discípulos—, e instructor, la palabra teacher —en el sentido de guía—. En muchas ocasiones, el autor las utiliza indistintamente, atribuidas al mismo personaje, probablemente para evitar repeticiones y aligerar el texto. (N. del T.).
Extracto del libro:
Antología Zen
Cien historias de iluminación
Versión de Thomas Cleary
Fotografías tomadas de Internet
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