La dedicación saludable: Hacia una independencia constructiva
En los últimos cincuenta años, la idea del sacrificio ha tenido el siguiente recorrido: primero, el sacrificio por el sacrificio, que alentaba el auto-castigo y el culto al sufrimiento; luego, el sacrificio como deber, justificado en el principio de candad o generosidad y generalmente mediados por la culpa y, finalmente, la negación a ser héroes, a no mirar la abnegación impuesta como una virtud ejemplar.
Hoy, la renuncia a sí mismo dejó de ser un ideal, el deber conyugal ha sido reemplazado por el querer conyugal y el amor propio ya no es incompatible con amar a otro. Precisamente, quererse a sí mismo es una de las principales vacunas contra la dependencia, el maltrato y las relaciones de dominancia que vimos antes. La máxima no es: "Te amo, luego existo", sino: "Me quiero a mi mismo, luego puedo amarte".
Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet
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