Cuando Sidharta, el que después sería Buda, (antes había habido desde seis a veintisiete) salía de su casa a observar la noche y encontraba enfermos, viejos, muertos, heridos, hambrientos, huérfanos, gentes miserables, abandonadas, delincuentes, locos, desaprensivos, ladrones…, se entristecía pero también se preguntaba por el sentido de todo aquello, de tantos sufrimientos, ¿qué podría hacerse, cómo vivir una existencia atacada por tantos males, de los que no podemos escapar, del temor a padecerles y finalmente a la muerte segura?
¿Cómo vivir sin quejas, sin amargura, sin resentimiento, sin agresividad, sin codicia…? ¿Cómo vivir en Paz?
Entonces Sidharta se hizo un buscador del secreto de la liberación de todo eso.
Abandonó todos sus privilegios, su familia y se marchó a los bosques a donde iban tradicionalmente los que, habiendo cumplido con los deberes sociales les había llegado el momento de ocuparse de sí mismos, sin ataduras, comiendo frugalmente de lo que la gente les daba mientras pedían por las puertas.
Esta Práctica existe todavía. En Japón se llama TAKUHATSU. Yo mismo la he realizado con el maestro Moriyama en mi segunda estancia en aquel país y en su templo de montaña Zuigakuin. En algunas estaciones se ven monjes vistiendo el Colomo negro, sombrero cónico de paja, getas de madera en los pies, cantando el sutra con la mirada baja, una mano en gassho y la otra sosteniendo el cuenco. La gente al pasar, a veces deja caer una moneda.
El sutra del monje mendicante se canta con una campanilla ante cada puerta y dice, en español: Homenaje a todos los Budas, y a la Enseñanza que permite comprender que no hay obstáculo real (para la iluminación). Actúa con firmeza, que se queme la ilusión y brote. ¡Desapégate y observa!
Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet
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