martes, 10 de noviembre de 2020

VIVE EN LA ALEGRÍA, EN EL AMOR


MEDITAD sobre estos sutras de Buda Gautama. Era una de las personas más alegres que hayan existido jamás. Con ellos lograréis una comprensión extraordinaria del corazón de este iluminado.

Vive en la alegría, en el amor, aun entre quienes odian.

La alegría es la palabra clave de estos versos. La alegría no es la felicidad, porque la felicidad siempre está mezclada con la infelicidad. Nunca se encuentra pura; siempre está contaminada. Siempre hay una sombra alargada de sufrimiento tras ella. Al igual que al día le sigue la noche, a la felicidad le sigue la infelicidad.

Entonces, ¿qué es la alegría? Es un estado de trascendencia. No se es feliz ni infeliz, sino que se está en completa paz, en silencio, en perfecto equilibrio, tan silencioso y tan vivo que el silencio es una canción, y la canción el silencio.

La alegría es para siempre; la felicidad, momentánea. La felicidad procede de fuera, y por consiguiente, te la pueden quitar desde fuera; dependes de los demás. Y cualquier dependencia es fea, cualquier dependencia es una esclavitud. La alegría surge dentro; no tiene nada que ver con el exterior. No la causan los demás; no la causa nada. Es el fluir espontáneo de tu propia energía.

Si tu energía está estancada no hay alegría. Si tu energía fluye, se mueve, se convierte en un río, la alegría es inmensa, sin otra razón, simplemente porque te has hecho más fluido, porque estás más vivo. En tu corazón nace una canción, brota un gran éxtasis.

Te sorprende cuando brota, porque no encuentras la causa. Es la experiencia más misteriosa de la vida: algo sin causa, algo más allá de la ley de la causa y el efecto. No necesita causa porque es tu naturaleza intrínseca, y naces con ella. Es algo innato, eres tú en tu totalidad, fluyendo.

Cuando fluyes, fluyes hacia el mar. Ésa es la alegría: el baile del río camino del mar para encontrarse con el amado supremo, Cuando tu vida es una charca estancada te estás muriendo. No te mueves hacia ninguna parte, ni hacia el mar, ni hacia la esperanza. Pero cuando fluyes, el mar se aproxima a cada momento, y cuanto más se acerca el río más danza hay, más éxtasis.

Tu consciencia es un río. Buda la llama un continuo. Es una continuidad, una continuidad eterna, un flujo eterno. Buda no te considera, ni a ti ni a tu ser, algo estático. Desde su punto de vista, la palabra «ser» no es adecuada. Según él, ser no es sino llegar a ser. Niega el ser y acepta el llegar a ser, porque ser da una idea estática, como una roca, de algo que hay en tu interior. Llegar a ser da una idea completamente distinta… como un río, como un loto abriéndose, como un amanecer. Algo ocurre constantemente. No estás sentado ahí como una roca; estás creciendo.

Buda cambia la metafísica: sustituye el ser por el llegar a ser, sustituye los nombres por verbos.



Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet

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