Los “terroristas” están por doquier. No son solo las personas que hacen estallar autobuses y mercados. Nosotros mismos, cuando nos enfadamos y actuamos de forma irascible y violenta, no somos tan distintos porque también escondemos, en el fondo de nuestro corazón, el mismo cuchillo de ira que los terroristas que demonizamos. Cuando no prestamos atención a nuestras palabras, podemos decir cosas que hieran a los demás y les causen mucho dolor, lo que no es sino una forma de intimidación o terrorismo. Son muchas las personas que utilizan palabras hirientes con los niños, un cuchillo que puede retorcerse a diario en el corazón del pequeño durante toda su vida.
Cada día hay, en nuestra familia, en nuestra sociedad y en nuestro planeta, más gente que lleva un cuchillo clavado en su corazón. Esa es la causa del miedo, la rabia y el sufrimiento que afecta a la familia, la sociedad y el mundo en general.
Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
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