Existen métodos muy sencillos para cuidar de nuestras emociones más intensas. Uno de ellos consiste en “respirar con el vientre”, es decir, la respiración abdominal. Cuando nos sentimos a merced de una emoción poderosa como el miedo o el odio, llevamos la atención al abdomen, un nivel más seguro que permanecer en el intelecto. Las emociones intensas son como tormentas y permanecer a la intemperie en medio de una tormenta siempre resulta muy peligroso.
Pero eso es lo que la mayoría hacemos cuando nos alteramos, quedarnos a merced de la tormenta de nuestros sentimientos que, de ese modo, acaban desbordándonos. Lo que tenemos que hacer, por el contrario, es dirigir nuestra atención hacia abajo y asentarnos en nosotros mismos. Y, para ello, nos concentramos en la zona del abdomen y respiramos conscientemente, prestando una atención (simple) al ascenso y descenso del abdomen.
Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
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