martes, 25 de julio de 2017

LA SIMPLEZA NO ES SENCILLEZ


Cuando hablo de «simpleza» (bobería, superficialidad) no me refiero a la «sencillez» (virtud, sabiduría). El monje budista Matthieu Ricard94 afirma: «Tener una mente sencilla no es ser simple.» Y luego agrega: 

«Al contrario, la sencillez de la mente va acompañada de lucidez. Como el agua clara que permite ver el fondo del lago, la sencillez permite ver la naturaleza de la mente detrás de los velos de los pensamientos errabundos.» (p.161)

Y en el mismo sentido, el filósofo Comte-Sponville95 concluye: 

«La sencillez no es inconciencia; la sencillez no es estupidez. El hombre sencillo no es un simple. La sencillez constituye más bien el antídoto de la reflexividad y de la inteligencia, porque le impide acrecentarse...» (p. 160)

Desde mi punto de vista, lo sencillo se diferencia de lo simple al menos en cuatro aspectos: 

  • Lo simple es insípido; lo sencillo rebosa de gusto y belleza intrínseca
  • Lo simple es la ignorancia de uno mismo sin tener conciencia de ello; la sencillez es el olvido de uno mismo tras conocerse. 
  • Lo simple es pesado, torpe y disfuncional; lo sencillo es ligero, ágil y funcional. 
  • El simple es peligrosamente estúpido; el sencillo es maravillosamente sabio. 
  • Cuanto más sencilla es una mente, más se ilumina, más crece. Cuanto más simple es una mente, más se cierra sobre sí misma. 
Los datos muestran que cuanto mayor es el grado de simpleza mental, mayor es la tendencia al fundamentalismo, al autoritarismo y al dogmatismo.96 Y a más simpleza cognitiva, más identificación y necesidad de ídolos o celebridades externas (menos identidad personal), lo cual explicaría la adhesión a ciertos fanatismos.97 Podría establecerse un continuo y ubicar en un extremo las mentes simples, cerradas, defensivas y fundamentalistas y en el otro extremo las mentes complejas, abiertas, tolerantes y críticas. 

La siguiente frase del ensayista inglés William Hazlitt explica bellamente lo que intento decir: «La sencillez de carácter es el resultado natural del pensamiento profundo.»


94. Ricard, M. (2005). En defensa de la felicidad. Barcelona: 
Urano.
95. Comte-Sponville, A. (2005). Pequeño tratado de las 
grandes virtudes. Barcelona: Paidós.
96. Heiser, D. M. (2005). «A study of fundamentalism and 
cognitive complexity among undergraduate students at 
a fundamentalist college.» Adler School of Professional 
Psychology: AAE 3166445.
97. Nartub M. M.; Cayanus, J., McCutcheon. y Maltby, J. 
(2003). «Celebrity worship and cognitive flexibility.» 
North American Journal of Psychology, 5, 75-80.


Extracto del libro:
El arte de ser flexible
Walter Riso
Fotografía tomada de internet

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