Una tercera idea agrega otra dimensión al fenómeno de la atracción. La teoría de la búsqueda del reconocimiento sostiene que el factor importante en la elección de pareja es la forma en que la relación con ese otro podría incrementar nuestra valoración de nosotros mismos. La pregunta que surge en este momento es:
¿Cómo afectará a mi ego el hecho de estar con esta persona?. Todos hemos experimentado orgullo cuando la presa mas apetecible de la reunión finalmente salía del salón con nosotros.
A este valor adicional que me confiere ser elegido por el que es codiciado por otros lo voy a llamar la búsqueda del placer narcisista de la relación. El reclamo de una mirada privilegiada, selectiva y puntual que quizás empezó con la necesidad de ser el preferido de mis padres y sobre todo el amado de mi madre. Porque la mirada de la madre no es reemplazable. Tanto para los hombres como para las mujeres, la madre representa la única persona con quien alguna vez fuimos uno.
A partir de esta idea, Lacan cree que finalmente la búsqueda permanente del ser humano es la de alguien que me pueda dar lo que alguna vez tuve de mi madre, ser uno con el otro.
Su planteo es que en cada persona que encontrábamos buscamos este amor incondicional que creemos haber tenido con ella y la unión de nuestra vida intrauterina.
Por eso dice Lacan: “El amor es pedirle un imposible a alguien que no existe”.
Es decir, te imaginás que el otro es que no es ya ese alguien imaginario le pedís algo que es imposible: que sea uno con vos, que seas mas importante en su vida que el mismo.
En definitiva, ser tan imprescindible para su existencia, que nunca te pueda abandonar...
Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay
Fotografía tomada de internet
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