Un deseo se convierte en anhelo cuando estas dispuestos a arriesgarlo todo por él. Un anhelo es superior a la vida... uno puede morir por él. Deseos hay muchos... anhelos solo puede haber uno, porque necesita tu total energía, te necesita como eres en tu totalidad.
No puedes retener ninguna parte de ti, no puedes entrar en él con cautela e inteligencia, calculando. Ha de ser un salto loco.
El hombre es muy fragmentario: un deseo te lleva al norte, otro al sur, y todos te llevan en todas las direcciones y te enloquecen. De ahí que las personas no lleguen a ningún sitio -no es posible-, porque una parte se mueve en esta dirección y otra en aquella dirección, que es diametralmente opuesta. ¿Cómo puedes llegar? Para ello sería necesaria tu totalidad. Por eso ves personas que se arrastran; no tienen ninguna intensidad de vida; no es posible. Se pierden en muchas direcciones... no pueden tener esa energía.
Pero este anhelo ha de ser muy feliz; no debería hacerse de manera seria, porque en cuanto te vuelves serio, te pones tenso. El anhelo de uno debería ser intenso, pero en absoluto tenso. Ha de ser alegre, con risa, baile y canto. No ha de convertirse en un deber. No estas complaciendo a Dios, ni a nadie... simplemente estas viviendo tal como quieres vivir; de ahí tu felicidad. Es el modo en que has elegido vivir, es la forma en que quieres encenderte... pero ha de ser una llama danzarina.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 245
Osho
Día 245
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