Segunda Categoría de Humillación:
Una segunda forma de humillación son los comportamientos degradantes y manipulativos. Los más comunes son suplicar, arrodillarse, llorar, gritar, la automutilación y los intentos de suicidio. Obviamente, estos comportamientos suelen ser muy impactantes a los ojos de cualquier observador. Una señora no había podido separarse de su marido porque cada vez que intentaba hablarle del tema el señor entraba en crisis. El estallido histérico tomaba dos rumbos: o hacía un escándalo de padre y señor nuestro en el edificio, o al otro día se aparecía en el trabajo de ella, y delante de clientes y compañeros suplicaba de rodillas que no lo fuera a dejar. El impacto era tal que incluso algunas de las mejores amigas de la mujer se compadecían y apoyaban al desajustado señor. En otro caso de trágico desenlace, una niña de veintidós años, extremada- mente celosa, amenazaba en forma constante a su novio con quitarse la vida si éste intentaba abandonarla. Cierta vez intentó tirarse de un automóvil en marcha, y en varias situaciones había buscado arrojarse por la ventana. Por desgracia un día, cegada por los celos calculó mal y se fue al vacío. Cuando este tipo de conductas ocurre, el sujeto ya está fuera de control y no es capaz de medir las consecuencias.
Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso
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