martes, 2 de abril de 2013

CAMBIO


Esta es mi observación, que uno jamás debería realizar un esfuerzo para cambiar nada, porque ese esfuerzo hará que las cosas sean más difíciles que fáciles.

Es la misma mente la que hace el esfuerzo... por ejemplo, tu mente está vinculada a algo, y ahora la misma mente trata de distanciarse. En el mejor de los casos podrá reprimir, pero jamás podrá convertirse en una alejamiento real. Para que el distanciamiento suceda, la mente ha de entender por qué está ahí el vínculo. No hay necesidad de apresurarse en desprenderse de él; lo mejor es que veas por qué está ahí. Observa el mecanismo, cómo funciona, cómo ha entrado, qué circunstancias, que distracción lo han ayudado a llegar hasta allí. Entiende todo lo que lo rodea. No tengas prisa por desprenderte de él, porque la gente con prisa por desprenderse de las cosas no dedica suficiente tiempo a entenderlas. 

En cuanto lo hayas entendido, verás que se está escurriendo de tus manos; de manera que no hay necesidad de desprenderse de ello. Nada está ahí por otro motivo que no sea un malentendido. Algo se ha malentendido, de ahí su presencia. Entiéndelo bien... y desaparece. Todo lo que está creando problemas es como la oscuridad. Introduce luz en ella, simplemente luz, porque con la misma presencia de la luz la oscuridad desaparece.

Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 113

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