La gente ha olvidado por completo que el sexo no es nada comparado con esa fusión que acontece cuando yacéis juntos en un profundo amor, en una profunda reverencia, en oración.
Cuando la energía física no se halla sexualmente involucrada, se eleva a altitudes superiores. Puede alcanzar lo definitivo, el samadhi (estado de conciencia). Pero la gente lo ha olvidado por completo. Cree que el sexo es el fin. El sexo solo es el comienzo. Así que recuerdalo.
Siempre que amas a alguien, cerciórate de nacer junto en un profundo amor y alcanzarás orgasmos más elevados, sutiles y profundos. Así es como poco a poco surge el celibato. Lo que en la India llamamos brahmacharya, el celibato real, no va contra el sexo: es más elevado que el sexo, más profundo. Es más que el sexo. Sea lo que fuere lo que pueda proporcionar el sexo, lo brinda, pero también aporta más. De modo que cuando sabes cómo emplear tu energía en un nivel tan elevado, ¿quién se molesta con los espacios inferiores? ¡Nadie! Entonces no es contra el sexo. No digo que te desprendas del sexo. Digo que a veces os permitas espacios puros de amor donde el sexo no es una preocupación. De lo contrario, eres atraído de vuelta a la Tierra v jamás podrás volar al Cielo.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 109
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