Milarepa, un yogui tibetano del siglo XII, cantaba unas canciones preciosas sobre la manera justa de meditar. En una de sus canciones dice que la mente tiene más proyecciones que motas de polvo hay en un rayo de sol, y que incluso cientos de lanzas no podrían acabar con ellas. Así pues, cuando meditamos, más nos vale dejar de luchar con los pensamientos y darnos cuenta de que la honestidad y el sentido del humor nos ayudan más que cualquier tipo de solemne lucha religiosa a favor o en contra de algo.
Del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
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