Siempre que veas luz, siéntete reverente. El templo está ahí.
Contempla los misterios de la luz... una llama pequeña, y a la vez el fenómeno más misterioso del mundo, la totalidad de la vida depende de ella. La misma llama arde en ti. Esa es la causa de que se necesite oxígeno constantemente, porque la llama no puede arder sin oxígeno. De ahí el énfasis que pone el yoga en la respiración profunda, en respirar más y más oxígeno para que toda tu vida arda más profundamente y la llama sea más clara y en ti no surja ningún humo... para que puedas alcanzar a ser como la llama sin humo.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 80
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