miércoles, 26 de octubre de 2022

EL REGAZO DE LA GRACIA


 

CUESTIONANDO EL RESENTIMIENTO


P: ¿Cómo me muevo más allá del resentimiento, hacia el perdón?

R: No es cuestión de uno u otro, de sentir resentimiento o perdonar. 

No hay espacio en su consciencia para el resentimiento y el perdón.

Solo permita que todo su resentimiento este presente como lo está.

Luego explore a ver si nota algo más aparte de resentimiento y dolor.

¿Hay algún espacio allí también? Por grande que sean sus sensación de resentimiento, ¿Que tan grandes son en comparación con el espacio en sí? Obviamente, hay más espacio que el ocupado por el resentimiento o cualquier otro sentimiento. Cuando hablo de espacio, me refiero a todo el espacio, tiempo (el cual es otra dimensión del espacio), y consciencia existente en el universo y mas allá. ¡Probablemente, ese espacio sea incluso mucho más grande que sus mayores resentimientos!

¡Qué alivio! No tiene que eliminar, resolver o arreglar su resentimiento para sentir perdón. El resentimiento es natural y normal. Puede sentirlo tanto como lo siente. Luego note todo el espacio presente alrededor de su resentimiento, y qué más hay en este espacio. Ahí encontrará el perdón y todo lo que pueda estar buscando. El espacio es lo más suave, permisivo y tierno que existe. En estos momentos, el espacio le sostiene a usted y a todo su resentimiento y dudas en un abrazo de total aceptación. Note que el espacio permite su resentimiento. El espacio no hace nada para lograr que deje de sentir o incluso expresar resentimiento. ¡Qué cualidad más extraña y siempre-presente es el espacio!

No es selectivo. No ama esto y no aquello. ¡Ama y permite todo!

Cuando note que el espacio permite todo su resentimiento, entonces quizá pueda notar que también hay espacio para las personas o acciones que resiente. El espacio permite que hagan las cosas que le provocan el resentimiento, y permite que usted sienta resentimiento hacia ellos.

Puede que se pregunte, ¿entonces qué? Todo es permitido por el espacio.

¿Y qué? Bueno, si quiere conocer su naturaleza real, entonces querrá ser curioso acerca de este extraño fenómeno llamado espacio. Si desea conocer la infinita capacidad natural de perdonar de su conciencia, entonces quizá quiera ser más curioso sobre la tierna suavidad del espacio vacío. De allí surge el perdón. Es el espacio que puede perdonar y amar, en parte porque el espacio no tiene nada de perder. Ama y permite todo porque no se le puede causar daño. Todo lo realmente importante en la vida viene del vacío o espacio: el amor, el perdón, la alegría, compasión, fortaleza, claridad, la inspiración, el placer, la satisfacción y más.

Podemos descubrir la naturaleza del espacio explorando este misterio de que hay espacio para todo. ¿Por qué hay tanto espacio en este universo y dentro de nuestra consciencia? ¿De dónde vino todo este espacio infinito? Usted no necesita buscar el espacio. Está ahí. Usted está en él. Permea en usted y viceversa, dependiendo de cómo lo vea. Y doquiera que mire, hay más espacio. Los objetos físicos, están compuestos principalmente de espacio. Incluso las partículas subatómicas parecen más espacio que cosas.

¿Es posible que las cosas en realidad sean espacio? ¿Qué tal si todo es solo un espacio que vibra en distintas frecuencias o que ha sido condensado en distintas densidades, dependiendo de si estamos viendo vacio, energía o materia? ¿Qué tal si todo lo que existe, es espacio? Todas sus preguntas sobre el perdón y resentimiento, señalan a esto llamado espacio. Es allí donde yacen todas las respuestas.

Y, por supuesto, si todo lo que hay es espacio, entonces que otra cosa puede ser usted.



Extracto del libro:
Eso es eso
aka Nirmala
Fotografía tomada de internet

martes, 25 de octubre de 2022

TEMOR AL FRACASO


Es imposible ganar una carrera a menos que uno se arriesgue a correr, es imposible 
alcanzar la victoria a menos que nos atrevamos a luchar. No hay vida más trágica que la del individuo que alimenta un sueño, siempre deseando y esperando, pero sin que jamás le dé la oportunidad de que se transforme en realidad. Alimenta ese sueño vacilante, sin que nunca le permita estallar en una llamarada. Hay millones de personas que sueñan así en conseguir un mejor empleo, en montar su propio negocio, en comprar una mejor casa, en realizar un viaje, en escribir una novela... Personas que sueñan, pero que jamás se arriesgan, que jamás están dispuestas a pronunciar las palabras ¡Yo puedo!, que nunca confían sus sueños al mundo real de la acción y el esfuerzo; en fin, todas aquellas personas que temen tanto al fracaso, que por ello fracasan.

José María Vicedo



Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet

AUTOTRANSFORMACIÓN


 

domingo, 23 de octubre de 2022

LA VIDA ESTA AÚN EN MEDIO DEL DOLOR


 

BAYAZID QUEBRANTA LA NORMA


Bayazid, el santo musulmán, actuaba a veces deliberadamente en contra de las formas y ritos externos del Islam.

Sucedió una vez que, volviendo de La Meca, se detuvo en la ciudad iraní de Rey. Los ciudadanos, que le veneraban, acudieron en tropel a darle la bienvenida y ocasionaron un gran revuelo en toda la ciudad. Bayazid, que estaba harto de tanta adulación, aguantó hasta llegar a la plaza del mercado. Una vez allí, compró una hogaza de pan y se puso a comerla a la vista de sus enfervorizados seguidores. Era un día de ayuno del mes de Ramadán, pero Bayazid consideró que su viaje justificaba plenamente la ruptura de la ley religiosa.

Pero no pensaban igual sus seguidores, que de tal modo se escandalizaron de su conducta que inmediatamente le abandonaron y se fueron a sus casas. Bayazid le dijo con satisfacción a uno de sus discípulos: «Fíjate cómo, en el momento en que he hecho algo contrario a lo que esperaban de mí, ha desaparecido la veneración que me profesaban».

Jesús escandalizó completamente a sus seguidores por parecidos motivos.

Las multitudes necesitan un santo a quien venerar, un gurú a quien consultar.

Existe un contrato tácito: Tú has de responder a nuestras expectativas y, a cambio, nosotros te ofrecemos nuestra veneración. ¡El juego de la santidad!



Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
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