jueves, 5 de mayo de 2022

CAMINAR CON LA SANGHA


La meditación caminando es una cosa maravillosa que podemos hacer con nuestra comunidad. Cuando nos activamos físicamente y nos movemos juntos, es más fácil sentirnos apoyados por la energía colectiva. Es bueno comenzar la práctica de la meditación caminando con un grupo que nos preste su apoyo, pero si tal cosa no es posible, también puedes pedirle a un amigo que practique contigo o tomar incluso la mano de un niño para caminar con él.

Para practicar caminar atentamente por tu cuenta, puedes empezar comprometiéndote, por ejemplo, a subir o bajar atentamente y con paso muy firme una escalera. Si a mitad del camino de ascenso te percatas de que no estás presente, debes descender y comenzar de nuevo. Cuando puedas subir atentamente una escalera, serás capaz también de morar en el presente ahí donde vayas. Asimismo puedas asumir el compromiso de recorrer una determinada distancia, de tu lugar de trabajo a la sala de estar, por ejemplo, proponiéndote dar atentamente todos los pasos que componen ese recorrido. Y si descubres que te has perdido, debes volver sobre tus pasos y empezar de nuevo. Esta es una forma extraordinaria de no dejarte llevar por los hábitos energéticos y aprender a vivir atenta todos y cada uno de los momentos que componen tu vida cotidiana. Camina con los pies y no con la cabeza. Presta atención, mientras caminas, a los pies y hazlo de un modo que la alegría y la vida real sean posibles aquí y ahora.

La práctica grupal de la meditación caminando nos permite generar una energía colectiva de plena consciencia y paz que nos nutre y ayuda a sanar.



Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

ÉL ES MUY INSEGURO, PERO ME QUIER MUCHO


 

miércoles, 4 de mayo de 2022

37.PRIMERO VIVIR, LUEGO FILOSOFAR.


Este es un principio clásico. Filósofo es el amigo de la sabiduría pero el filósofo 
va a interpretar lo que vive o a proyectarlo, según un pensamiento. Por lo tanto no va a poder vivir para luego poder filosofar sobre ello. Esta es la trampa de la mente: ¿los bueyes van delante del carro, o el carro va delante de los bueyes?

Desde el Zen, se ven bueyes detrás del carro. Empujan con la cabeza. En el Zen, se empuja con todo el cuerpo.

Hay filósofos de la religión, de la historia, del arte, de la política, de la ciencia… Desde todos los ángulos especializados del conocimiento, hay ganas y curiosidad por saber. Este es el saber convencional porque no hay consciencia de que la parte desde la que se mira, condiciona ya la percepción del objeto separado de la totalidad. Por tanto, todos los filósofos que miren desde algún ángulo separado, no pueden ver y todos se mueven en el plano de la parcialidad, de los intereses previos. Se trata de un autoengaño que se defiende con el concepto de objetividad. Dicen: se trata de ser objetivos. Sin embargo sólo el objeto es objetivo; no se le puede usurpar una función sólo porque se diga y todo objeto está unido al Cosmos lo que quiere decir que podrá ser saboreado pero no pensado sacándole del Cosmos. La cuestión auténtica está pues, en la experimentación relacional original o del origen común. Y para ello el sujeto y el objeto deben desaparecer en una fusión en la que no hay nadie. Por eso el Zen es una experiencia original (de origen) global.

Y no una filosofía ni ninguna otra “cosa”.



Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

EN REALIDAD NADIE BUSCA ILUMINARSE


 

martes, 3 de mayo de 2022

POR UN SIMPLE OLVIDO




 

INSPIRACIÓN E INTUICIÓN


Nunca jamás cierres tu corazón y tu mente. Ni temas lo nuevo, lo extraño, lo no 
convencional. Mantente lista y preparada para la intuición, para la inspiración, pues a lo mejor te revela algo tan completamente nuevo para ti que quizá ni siquiera tenga forma o sustancia, y tal vez necesites revestirlo de palabras. 

El orgullo intelectual puede ser un obstáculo en este camino espiritual y una auténtica piedra de tropiezo para la verdad. No es intelecto lo que necesitas; es inspiración e intuición. El intelecto procede del exterior, mientras que la inspiración y la intuición proceden del interior y no pueden ser influidas por nada exterior. Permite que tu aprendizaje proceda del interior; extráelo de todo lo que tienes en el interior. Te asombrarás de todo lo que contienes.

Eileen Caddy



Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet

lunes, 2 de mayo de 2022

LA INDIFERENCIA EN LA PAREJA


 

LA RESISTENCIA QUE OPONEMOS AL MOMENTO PRESENTE


Estaré completo,.,
cuando finalmente encaje
entre mis semejantes, entre mis compañeros de trabajo, en la sociedad, cuando finalmente la gente me entienda y apruebe lo que hago,
cuando toda la gente de mi alrededor cambie,
cuando haya creado una obra maestra que todo el mundo alabe,
cuando tenga un cuerpo perfecto,
cuando finalmente haya manifestado mi destino,
cuando haya encontrado a mi alma gemela,
cuando haya experimentado el pleno despertar;
cuando gane una medalla de oro,
cuando tenga un hijo,
cuando por fin encuentre lo que busco.

Buscamos completud en el futuro porque, a cierto nivel, nos sentimos incompletos en el momento presente.

¿Quieres que te comprendan en el futuro? Eso significa que, a cierto nivel, ahora te sientes incomprendido. ¿Quieres alcanzar la iluminación en el futuro? Eso significa que, a cierto nivel, ahora sientes que no estás iluminado. ¿Quieres encontrar amor en el futuro? Eso significa que, a cierto nivel, ahora no te sientes querido. La pregunta «¿qué buscas en el Futuro?» es idéntica a la pregunta «¿de qué huyes ahora mismo?».

Es crucial que entendamos que nuestra búsqueda de algo abstracto en el futuro —la iluminación, riqueza, poder, éxito, amor— está siempre profundamente enraizada en la resistencia que oponemos al momento presente. La búsqueda de completitud futura siempre tiene sus raíces en una experiencia de incompletitud presente. Es en la incompletud del momento presente donde empiezan todo nuestro sufrimiento y nuestra búsqueda; y en una profunda aceptación del momento presente es donde pueden terminar.

A veces la gente acude a mí y me pregunta cómo pueden iluminarse. Creen que estoy iluminado (aunque yo nunca diría que lo esté) y que puedo enseñarles a ser como yo. Suelo contestar simplemente: «Bueno, ¿qué significa para ti la palabra «iluminación»? Cuando te ilumines, ¿en qué se diferenciará tu experiencia de la de este momento?», y, en respuesta a mi pregunta, suelen decir algo como: «Creo que, cuando esté iluminado, ya no tendré miedo. Creo que la tristeza y el dolor desaparecerán. Creo que la iluminación se llevará todo lo malo que hay en mí».

¿Te das cuenta? En realidad, nadie quiere «iluminarse»; lo que desean es escapar de los sentimientos presentes de insatisfacción, tristeza, dolor, ira, frustración, aburrimiento, vacío, o de no sentirse queridos o valorados. Lo único que quieren es poner fin a su sufrimiento; pero, en vez de hacer frente a ese sufrimiento en este mismo instante y de ver la integridad que hay en él, viven esperando a que un acontecimiento o un estado futuros lleguen y le pongan fin por ellos. Lo único que ansían es volver al hogar, que es lo que queremos todos..., solo que, en su caso, están obcecados con la idea de que la iluminación será su futuro hogar.

No queremos que llegue el dolor, y sin embargo llega. No queremos que aparezca el miedo, y sin embargo aparece. Debido a nuestro condicionamiento, no vemos que el dolor, el miedo, la tristeza, la ira y todos los demás tipos de sentimiento forman parte de la completud, forman parte de la integridad de la vida. Se nos ha condicionado a considerar que ciertas áreas de nuestra experiencia son imperfecciones, contaminaciones, aberraciones, impurezas, expresiones de incompletud. Dicho de otro modo, se nos ha instruido, adiestrado e incluso hecho un lavado de cerebro para que veamos en ellas una auténtica amenaza para la vida en sí. Creemos que esas áreas de nuestra experiencia están de algún modo en contra de la vida..., que no merecen ocupar un lugar dentro de nosotros. A la ira, el miedo, la tristeza, el malestar, el dolor no se les debería dejar entrar. Si los rechazo es porque creo que no deberían existir en mí, porque no considero que formen parte de la integridad de la vida. Creo que son peligrosos para mi bienestar. Así que me paso todo el tiempo escapando de ellos.

¿Qué partes de tu experiencia sientes que no te pertenecen? ¿Qué pensamientos, sensaciones y sentimientos consideras que son ajenos a ti? ¿Cuáles te parece que están fuera de lugar, que no deberían existir en ti, que no son realmente tú?

Sencillamente, buscamos pureza, perfección y completitud fuera de la experiencia presente porque tenemos la impresión de que nuestra experiencia presente está incompleta, es defectuosa, imperfecta, de algún modo no íntegra. Buscamos integridad porque no vemos integridad en el momento presente. No vemos que haya integridad en los pensamientos, sensaciones y sentimientos actuales, así que la buscamos en el futuro. Nos hacemos buscadores de integridad, y ahora necesitamos un futuro para completarnos. El buscador siempre necesita tiempo para encontrar lo que busca. El momento presente se convierte así en un medio para lograr un fin.

Y aquí es donde empieza todo el sufrimiento: en la pérdida del momento presente, la pérdida de nuestro verdadero hogar.



Extracto del libro:
La más profunda aceptación
Jeff Foster
Fotografías tomadas de Internet

domingo, 1 de mayo de 2022

ESO SÍ, NUNCA ME HA PUESTO LA MANO ENCIMA


 

LA TIENDA DE LA VERDAD


No podía dar crédito a mis ojos cuando vi el nombre de la tienda: LA TIENDA DE LA VERDAD. Así que allí vendían verdad.

La correctísima dependienta me preguntó qué clase de verdad deseaba yo comprar: verdad parcial o verdad plena. Respondí que, por supuesto, verdad plena. No quería fraudes, ni apologías, ni racionalizaciones. Lo que deseaba era mi verdad desnuda, clara y absoluta.

La dependienta me condujo a otra sección del establecimiento en la que se vendía la verdad plena.

El vendedor que trabajaba en aquella sección me miró compasivamente y me señaló la etiqueta en la que figuraba el precio. «El precio es muy elevado, señor», me dijo. «¿Cuál es?», le pregunté yo, decidido a adquirir la verdad plena a cualquier precio. «Si usted se la lleva», me dijo, «el precio consiste en no tener ya descanso durante el resto de su vida».

Salí de la tienda entristecido. Había pensado que podría adquirir la verdad plena a bajo precio. Aún no estoy listo para la Verdad. De vez en cuando ansío la paz y el descanso. Todavía necesito engañarme un poco a mí mismo con mis justificaciones y mis racionalizaciones. Sigo buscando aún el refugio de mis creencias incontestables.



Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
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