martes, 30 de noviembre de 2021

PONER EL AMOR EN SU SITIO


Poner el amor en su sitio es darle un nuevo significado a la experiencia afectiva. Es obvio que tienes la posibilidad de construir tu relación y modular el sentimiento implicado. No hablo solamente de eros, sino además de la conjunción de philia y ágape, de la convivencia amorosa que no culmina ni se define únicamente en lo pasional. También hay que querer amar, tal como dice la novelista Alice Ferney, también existe una dimensión que incluye esfuerzo y decisión: el que ama es el cerebro y no el corazón. Al amor hay que reubicarlo hacia arriba, más cerca de la razón y más lejos de la pretensión omnipotente y sentimentalista que lo ha caracterizado. Un amor fuera de control es definitivamente apasionante para las almas atrevidas y deseosas de emociones fuertes, pero igualmente puede resultar malsano si estamos con la persona equivocada.

Obviamente, como ya he dicho antes, no se trata de negar o reprimir el picante del enamoramiento, sino de tener claro'"que existe una línea delgada que no se puede traspasar si queremos amar saludablemente y disminuir la probabilidad futura de sufrir de manera intensa e innecesaria.

La reestructuración del amor de pareja que propongo sugiere sentir y pensar el amor de otra manera, revisar los principios tradicionales que lo sustentan y transformarlo en una experiencia más humanista y razonable: amor digno, amor ético, amor democrático, amor justo. Darle una nueva cualidad al amor, sin perder su esencia, implica asumir unos valores distintos a los convencionales, cambiar la cantidad por la calidad y destacar que, como lo he mencionado en otras oportunidades, no importa cuánto te amen, sino cómo lo hagan.

¿De qué sirve "tanto" amor, si ese amor te limita y apabulla? Así no haya mala intención (supongamos), así no haya golpes ni patadas, el aburrimiento y el maltrato psicológico pueden destruir cualquier relación. Perderse en un amor que pretende justificarse a sí mismo, que no necesita de ninguna virtud adicional, porque supuestamente ya las tiene todas, no deja de ser un despropósito.

Propongo dos cambios básicos en la manera de concebir el amor:

1. Revisar nuestra mitología del amor de pareja y reemplazar algunos de los valores tradicionales (fusión/comunión, generosidad y deber) por otros más orientados a fomentar el bien común y más adaptados a nuestros tiempos (solidaridad, reciprocidad, autonomía). Llamaré a esta modalidad amor democrático (cuya inspiración es la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano: libertad, igualdad, fraternidad).

2. Incluir en las relaciones afectivas los derechos humanos, considerando que lo privado, lo que ocurre de puertas para adentro, también debe ajustarse a los principios que definen la dignidad de las personas (respeto, consideración y no dominación). Llamaré a esta modalidad amor digno (cuya inspiración es la Declaración Universal de los Derechos Humanos).

Si una relación afectiva se mantiene dentro de los principios del amor democrático y del amor digno, además de contar con el soporte sentimental, será placentera, alegre, incitante y; estable. La pasión no tiene por qué perderse y puede seguir siendo horizontal, dentro y fuera de la cama. Si haces el amor “democráticamente", sentirás que tú también cuentas, que tu ser está tan presente como el deseo que te impulsa. Si haces el amor con "dignidad", nunca te convertirás en un objeto sexual. Y una vez asegurados estos dos pilares, podrás enloquecerte hasta donde se te dé la gana, porque existirá en ti la profunda convicción de que no harás lo que no quieras hacer.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

lunes, 29 de noviembre de 2021

HABÍA FORJADO MUCHAS IDEAS SOBRE CÓMO DEBÍA SER LA VIDA


 

COMPASIÓN


Oí de un hombre muy rico. Mulla Nasrudin fue a verle. Deseaba algún donativo para un orfanato que dirigía. El rico le dijo, “De acuerdo Nasrudin, te daré algo, pero has de cumplir con una condición; y nunca nadie la ha cumplido. Observa mis ojos. Uno es auténtico y el otro, falso. Si eres capaz de decirme exactamente cuál es el falso y cuál es el verdadero, te daré el donativo”.

Nasrudin le miró a los ojos y le dijo, “El ojo izquierdo es el auténtico y el ojo derecho es el falso”.

Sorprendido, el rico le dijo, “Pero, cómo lo adivinaste?”.




FUENTE: OSHO: ‘Yoga, la Ciencia del Alma’, Volumen 4, tomado de la dirección internet www.oshogulaab.com

domingo, 28 de noviembre de 2021

TU CAMINO ES UN ASUNTO EXCLUSIVAMENTE TUYO


 

LA MUERTE NO ES EL ENEMIGO


 

JOROSKA


(publicado originalmente en Recuentos para Demián. 1991)

Siempre le habían gustado los enigmas...

Desde chico se había desafiado a sí mismo en cuanto crucigrama, laberinto, criptograma y problema de ingenio se le había presentado.

Con mayor o menor éxito, había usado gran parte de su vida y de su cerebro en resolver problemas que otros habían inventado.

Por supuesto que no era infalible, pasaron por sus manos muchos acertijos que eran demasiado complicados para él.

Frente a ellos, Joroska había repetido una secuencia casi ritual: los miraba un rato largo y definía de un vistazo, como experto que era, si este problema pertenecía o no, al grupo de los insolubles.

Si su mirada confirmaba que lo era, Joroska tomaba aire y de todas maneras se abocaba a la resolución.

Comenzaba entonces la etapa de la frustración (por psicologizar el análisis del ritual).

Aparecían las preguntas imposibles, los caminos cerrados, los símbolos intrincados, las palabras desconocidas, los planteos imprevisibles.

Joroska había descubierto, hacía tiempo, su actitud exitista frente a la vida.

¿Sería por eso que estos enigmas terminaban por enojarlo?

El caso es que poco tiempo después de la tentativa, se aburría cósmicamente y abandonaba el problema, criticando en el fondo de su subconsciente al estúpido hacedor de problemas que él no podía resolver...

Creo que fue debido a que también se aburría con los planteos demasiado fáciles, que llegó a la conclusión de que hay un enigma a la medida de cada "resolvedor", y sólo uno mismo puede saber cuál es su medida.

Lo ideal - se dijo - sería crear los propios acertijos a la propia medida.

Pero inmediatamente se dió cuenta de que eso haría perder interés al enigma mismo. El creador tendría la solución a medida que planteaba el problema.

Un poco jugando y un poco animado por la idea de servir a otros a que pudieran resolver en el futuro estos enigmas, empezó a crear dilemas, juegos de palabras, de números, problemas de lógica y planteos de pensamiento abstracto...

Pasaron años, todos sus acertijos eran compartidos con amigos, revistas especializadas y algunas últimas páginas de diarios locales.

Joroska se transformó en un famoso diseñador de enigmas y acertijos...

Pero su gran obra fue, sin lugar a dudas, la construcción del laberinto.

En el fondo de su casa enorme, empezó, los días de solcito y paz, a levantar paredes, ladrillo por ladrillo, para armar a escala natural un enorme laberinto.

Todos sus trabajos podían editarse, imprimirse y distribuirse, todos, menos ese.

El laberinto no se publicaba ni se trasladaba.

El laberinto sólo crecía y crecía en el fondo de la casa.

Joroska lo complicaba más y más. Casi sin darse cuenta, el intrincado acertijo tenía cada vez más caminos sin salida.

La construcción se transformó en parte de su vida. No había un día en el que Joroska no agregara algún ladrillo, tapara una salida o prolongará una curva para hacer más difícil su recorrido.

¿Cuándo fue? Diría yo que alrededor de 20 años después.

El fondo del terreno ya no alcanzaba para seguir construyendo y entonces el laberinto empezó, casi naturalmente a incluirse en su propia casa.

Para ir del dormitorio al baño había que dar 8 pasos al frente, girar a la izquierda, dar 6 pasos, luego a la derecha, bajar 3 escalones, caminar 5 pasos, doblar otra vez a la derecha, saltar un obstáculo y abrir una puerta...

Para ir a la terraza había que inclinar el cuerpo sobre la pared izquierda, rodar unos metros y subir por una escalera de soga hasta el piso alto...

Así, de a poco, su casa se fue transformando en un gran laberinto en tamaño natural...

Al principio esto lo llenó de satisfacción.

Era divertido transitar esos pasillos que lo conducían, también a él, a veces a rutas sin salida ya que era imposible recordar todos los caminos en la memoria.

Era un laberinto a medida.

A su medida.

Desde entonces, Joroska invitó mucha gente a su casa, a su laberinto; pero aún los más interesados terminaban, como él en otros acertijos, defraudados, desbordados y aburridos.

Joroska se ofrecía a guiarles por su casa, pero la gente después de un rato decidía irse.

Poco más o poco menos todos le decían lo mismo:

- No se puede vivir así!!

Finalmente, Joroska no aguantó su eterna soledad y se mudó a una casa sin laberintos donde pudo recibir a la gente sin problemas.

Sin embargo, cada vez que conocía a alguien que le parecía lúcido, lo llevaba a su verdadero lugar. (Como hacía aquel niño que fue el aviador de "El principito" con sus dibujos de las boas cerradas y las boas abiertas, así, Joroska abría su laberinto a los que le parecían merecedores de tal "distinción").

... Pero Joroska nunca encontró nadie que quisiera vivir con él en ese lugar.




Extracto del libro:
Cuentos para pensar
Jorge Bucay
Fotografía de Internet

sábado, 27 de noviembre de 2021

SÉ VIGILANCIA. SÉ ESO.


 

NO DEJES QUE LOS DEMÁS TE PERTURBEN


Me referiré ahora a las relaciones con los demás. ¿Tienes problemas? Echa una 
mirada sobre ti mismo; pregúntate por qué estás perturbado, de dónde proviene la perturbación. De nuestra programación, de allí. Algunas veces, en el pasado, me asombré de que las personas que me producían enojo por su comportamiento no parecían enojar a otros que son mucho, mucho mejores que yo. Me preguntaba:

-¿Cómo es que él no se enoja al exponerse a ese comportamiento? ¿Cómo es que yo sí?

Algo me sucede. Y así estaba yo ocupado en tratar de cambiarla, cambiarlo o cambiarlos. Pero cuando no estoy perturbado...¡oh!, entonces eso está bien, ¡está bien! Entonces estoy capacitado para "entrar en el cambio", en cualquier actividad que implique cambio. Pero no antes, porque mi telescopio está fuera de foco. ¡Hay un gran secreto que sirve para las relaciones humanas y me ha ayudado muchísimo. Cada vez que tengo problemas con alguien, si estoy perturbado, me digo:

- Eh, Tony, algo te pasa. ¿Qué tal si tú y yo nos sentamos y le damos un buen vistazo a eso? ¿De acuerdo?

- De acuerdo.

Pero aún muero por decirme a mí mismo:

- Oh, no, estás perturbado, ¿no es así?

La perturbación no viene de él, no viene de ti, viene de tu programación.

- Oh, sí; ¡comprendo!

De repente, entonces, aparecen la perspectiva, la distancia, la comprensión, el amor; ¡por fin! Así y todo, puede ser bastante duro; tú puedes ser bastante duro, el amor puede ser bastante duro. Pero el amor es imparcial, el amor es justo; el amor comprende; el amor no tiene prejuicios.

Bien. Esto es suficiente para el tema de las relaciones humanas.



Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
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