lunes, 6 de septiembre de 2021

LA MÁS PROFUNDA ACEPTACIÓN (Jeff Foster)


NOTA DEL AUTOR AL LIBRO:
La más profunda aceptación.

A mi entender, todos nuestros problemas, todo nuestro sufrimiento y nuestros conflictos, tanto personales como globales, se derivan de un problema básico: la ignorancia de quiénes somos realmente. Hemos olvidado que somos inseparables de la vida y, como consecuencia, hemos empezado a temerla, y ese miedo nos ha hecho entrar en guerra con ella de maneras diversas. Hemos empleado nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras emociones y nuestros cuerpos para combatir lo único real, que es el momento presente. Y al intentar protegernos del dolor, el miedo, la tristeza, el malestar, el fracaso..., de todas aquellas partes de la vida que se nos ha condicionado a creer que son malas, negativas, tétricas o peligrosas, hemos dejado de estar verdaderamente vivos.

La armadura que nos hemos puesto para protegernos de una plena experiencia de la vida se llama «yo individual»; pero en realidad no nos protege de nada, solo nos mantiene cómodamente anestesiados.

El despertar espiritual —el darnos cuenta de que no somos quienes creemos ser— es la respuesta a este problema básico de la humanidad. Hoy en día existen innumerables libros sobre el tema, y al parecer se descubren constantemente enseñanzas antiguas a las que hasta hace muy poco solo había tenido acceso una minoría selecta. Pero cuidado, porque también aquí hay trampa: la espiritualidad puede convertirse fácilmente en una capa más de nuestra armadura y, en vez de favorecer nuestra apertura a la vida, desconectarnos todavía más. Muchos conceptos y tópicos espirituales como «el yo no existe», «este no es mi cuerpo» o «la dualidad es pura ilusión» pueden no ser más que nuevas creencias a las que aferramos, nuevas maneras de eludir la vida y apartarnos del mundo que acaben generando un sufrimiento aún mayor, a nosotros y a nuestros seres queridos.

El despertar espiritual del que trata este libro no tiene nada que ver con que estés más protegido; tiene que ver con que te des cuenta de que el ser que de verdad eres no necesita protección, de que el ser que de verdad eres es tan receptivo, tan libre, rebosa hasta tal punto de amor y profunda aceptación que permite que la vida en su totalidad penetre en él. La vida no puede hacerte daño, puesto que eres la vida. Por lo tanto, el momento presente no es un enemigo al que debas temer, sino un querido amigo al que abrazar. Así es, la verdadera espiritualidad no refuerza la armadura con la que te proteges de la vida; la destruye.

El despertar espiritual es en realidad muy sencillo. Es el reconocimiento atemporal de quien eres realmente: la consciencia previa a la forma. Ahora bien, vivir en la práctica ese reconocimiento en la vida diaria, sin olvidarlo, perderlo de vista totalmente o dejar que se suba a la cabeza..., ahí, ahí es donde empieza la verdadera aventura de la vida, y ahí es donde, al parecer, muchos de los que recorren el camino espiritual se debaten y entran en lucha, da igual que sean buscadores que maestros.

Una cosa es saber quién eres realmente cuando todo va sobre ruedas y tienes la sensación de que la vida te sonríe, y otra es recordarlo en momentos de máxima crispación, cuando todo se derrumba a tu alrededor, cuando las circunstancias te superan y se rompen los sueños. En medio del dolor físico y emocional, de las adicciones, los conflictos de pareja y los fracasos mundanos y espirituales, solemos sentirnos menos despiertos que nunca, y más separados de la vida, de los demás y de quienes somos realmente. Los felices sueños de iluminación pueden evaporarse en un instante, y parecer que la aceptación se halle a millones de kilómetros de distancia.

Depende de nosotros interpretar la existencia humana de cada día, con sus complicaciones y su belleza, como algo que se ha de evitar, trascender o incluso aniquilar, o vería como lo que es realmente: un secreto y una constante invitación a despertar ahora, incluso aunque creamos que ya despertamos ayer. La vida, por su compasión infinita, no nos va a dejar dormirnos en los laureles.

Si mis libros anteriores han sido descripciones del despertar espiritual, este aborda cuestiones más importantes: ¿cómo se puede vivir ese despertar día a día?, ¿Cómo podemos aceptar el momento presente incluso cuando el momento presente nos parezca totalmente inaceptable?, ¿es «cómo podemos aceptar el momento presente?» una pregunta coherente siquiera?, ¿acaso, de entrada, estamos realmente separados del momento presente?

Enseño una cosa y solo una: una profunda y confiada aceptación de cualquier cosa que la vida ponga en nuestro camino. No se trata de practicar una rendición pasiva ni un frío desapego, sino de emerger con creatividad adentrándonos en el misterio del momento. He escrito este libro después de muchos años de escuchar a miles de personas embarcadas en el viaje espiritual..., de conversar con ellas, de prestar atención a sus preocupaciones, de contestar a sus peliagudas preguntas, de ver su sufrimiento y su dolor, sus luchas y miedos cotidianos, y de dirigir su atención, no hacia una iluminación futura, sino hacia una aceptación profunda e incondicional de la experiencia del momento presente, hacia la más profunda aceptación de lo que son en esencia.

Bienvenido a la vida ordinaria, querido explorador..., la última frontera del despertar espiritual. ¡Que tengas la intrepidez de ir allí adonde nadie ha ido antes!

Con amor de ti mismo,
Jeff Foster



Extracto del libro:
La más profunda aceptación
Jeff Foster
Fotografías tomadas de Internet

sábado, 4 de septiembre de 2021

LA TRANQUILIDAD DEL MUNDO


 

¿CÓMO ARREGLAR LAS COSAS?


Pues bien, ahora viene "la gran pregunta norteamericana": ¿cómo lo "arreglamos"?

O sea:

- Está bien...; él no me perturba, yo no me perturbo; la programación me perturba.

¿Cómo lo "arreglamos"?

Sigamos la gran respuesta oriental:

- No lo "arregles", deja que siga su curso; desaparecerá por sí solo. Cuanto mas trates de "arreglarlo", más se fortalecerá.

Esto también resulta "explosivo": no lo "arregles", déjalo seguir su curso. Deja que siga; desaparecerá; realmente lo hará.

Si has comprendido esto...

- Pero, ¿no necesito saber de dónde proviene esta programación?

- Es una ayuda; es una ayuda, pero no es necesaria. Y, si estás totalmente decidido a lograrlo, si te planteas: "tengo que descubrir de dónde proviene y tengo que cambiar", entonces las cosas empeorarán, puedes estar seguro de ello.

Muchas personas nunca cambian porque están muy decididas a cambiar. Están tan decididas que no cambian nunca. Como están tan tensas, tan ansiosas, todo empeora.

Esto es común a todas las personas, no sólo en Occidente, sino también en Oriente.

Somos todos iguales. Los temas y enfoques que presento en los Estados Unidos los ofrezco también en Japón y en la India, en España y en América latina, en todas partes,... ¡y en todas partes las personas son iguales! Los norteamericanos tienen rasgos culturales diferentes, pero, en el fondo, somos todos iguales. Por doquier existen los mismos problemas: el odio, el conflicto, la culpa son los mismos; la dependencia frente a la opinión de la gente y la dependencia emocional frente a la aprobación son las mismas. ¡Todo es exactamente lo mismo! Basta con raspar la "cultura exterior"; debajo somos todos iguales.

Aquí y allá, en todas, partes, hay gente que trata de "arreglar" el enredo, de lograr que la perturbación desaparezca.

-¿Cómo lo "arreglo"?

- No lo "arregles". Entiéndelo, míralo, obsérvalo; se ocupará de sí mismo.

Lo que sucede es que tú no te "arreglas", no cambias; la vida cambia, como también lo hace la naturaleza. Así como uno no se cura a sí mismo, la naturaleza sí se cura a sí misma. Uno debe limitarse a hacer algo para ayudarla. Ahora redondearé esta idea. La plantearé de una manera un poco más provocativa. Cuando sucede alguna de esas cosas que comúnmente decimos que te perturban, no son ellas las que te perturban. La vida no es cruel contigo, la vida es fácil; es tu programación la que es cruel contigo. La vida es fácil; la vida es placentera. Recuerda a mi amigo Ramchandra, el hombre del ricksha.

Pensar en la vida que llevó te permitirá comprender que no es lo exterior lo que causa la perturbación; no eres tú el que la causa. Es tu programación.



Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet

viernes, 3 de septiembre de 2021

LAS RAÍCES DEL CUERPO HUMANO


 

TRANSFORMAR LA ENFERMEDAD EN ILUMINACIÓN


Si alguien está gravemente enfermo y acepta completamente su condición y se entrega a la enfermedad, ¿no habría renunciado a su derecho a recuperar la salud? La determinación de luchar con la enfermedad desaparecería, ¿no?

Eckhart Tolle:
La entrega es la aceptación interior de lo que es sin reservas. Estamos hablando de su vida -este instante- ­no de las condiciones o circunstancias de su vida, no de lo que llamo su situación vital. Ya hemos hablado de esto.

En cuanto a la enfermedad, eso es lo que significa. La enfermedad es parte de su situación vital. Como tal, tiene un pasado y un futuro. El pasado y el futuro forman un continuo ininterrumpido, a menos que el poder redentor del Ahora se active por medio de su presencia consciente. Como sabe, bajo las diferentes condiciones que forman su situación vital, que existen en el tiempo, hay algo más profundo, más esencial: su Vida, su verdadero Ser en el Ahora sin tiempo.

Puesto que no hay problemas en el Ahora, no hay enfermedad tampoco. La creencia en una etiqueta que alguien adhiere a su condición la mantiene en su lugar, le da fuerza y hace una realidad aparentemente sólida de un desequilibrio temporal. Le da no sólo realidad y solidez sino también una continuidad en el tiempo que no tenía antes. Al concentrarse en este instante y evitar rotular a la enfermedad mentalmente, se reduce a uno o varios de estos factores: dolor físico, debilidad, incomodidad o incapacidad. Eso es a lo que usted se somete ahora. Usted no se somete a la idea de "enfermedad". Permita que el sufrimiento lo empuje hacia el momento presente, hacia un estado de intensa presencia consciente. Úselo para la iluminación.

La entrega no transforma lo que es, al menos no directamente. La entrega lo transforma a usted. Cuando usted está transformado, todo su mundo se transforma, porque el mundo es sólo un reflejo. Hablamos de esto antes.

Si usted mirara en el espejo y no le gustara lo que ve, tendría que estar loco para atacar a la imagen del espejo. Eso es precisamente lo que usted hace cuando está en un estado de no aceptación. Y, por supuesto, si usted ataca a la imagen, ella le devuelve el ataque. Si usted acepta la imagen, no importa lo que sea, si usted es amistoso con ella, no puede no ser amistosa con usted. Así es como usted cambia el mundo.

La enfermedad no es el problema. Usted es el problema, mientras la mente egotista tenga el control. Cuando usted está enfermo o incapacitado, no sienta que ha fracasado, no se sienta culpable. No culpe a la vida por tratarlo injustamente, pero tampoco se culpe a sí mismo. Todo eso es resistencia. Si usted tiene una enfermedad grave, úsela para la iluminación. Cualquier cosa "mala" que ocurra en su vida, úsela para la iluminación. Retire el tiempo de la enfermedad. No le dé pasado ni futuro. Haga que ella lo obligue a tener una conciencia intensa del momento presente, y vea lo que pasa.

Conviértase en un alquimista. Transmute el metal bajo en oro, el sufrimiento en conciencia, el desastre en iluminación. ¿Está gravemente enfermo y enfadado por lo que acabo de decir? Entonces es un signo claro de que la enfermedad se ha vuelto parte de su sentido de sí mismo y de que usted está protegiendo ahora su identidad, así como a la enfermedad. La condición clasificada como "enfermedad" no tiene nada que ver con quien es usted verdaderamente.



Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet

jueves, 2 de septiembre de 2021

LO OCULTO EN LAS ADICCIONES

 


SIN RENUNCIAR RADICALMENTE A UNO MISMO


 

RESPUESTAS DE NIÑOS


Un niño pequeño estaba haciendo un test con un psicólogo:

-¿Qué quieres cuando grande? -preguntó el psicólogo.

-Quiero ser médico, pintor o !limpia cristales! -responde el niño.

Confundido el psicólogo le preguntó:

-Pero… ¿no lo tienes demasiado claro, no?

-¿Por qué no? Lo tengo muy claro. ¡Quiero ver mujeres desnudas!





FUENTE: OSHO: ‘El Libro del Niño’, tomado de la dirección internet www.oshogulaab.com

miércoles, 1 de septiembre de 2021

EL VALOR DE UN ANCLA DURANTE LAS TORMENTAS




 

MANTRA PARA SOLICITAR AYUDA


El cuarto mantra es un poco más difícil y dice así: «Querido, estoy sufriendo. ¡Ayúdame, por favor!».

Este mantra es adecuado para los momentos en que estás sufriendo y crees que la persona amada es la causa de tu sufrimiento. Si fuese otra la persona la que hubiese actuado mal contigo, sufrirías menos, pero se trata de alguien a quien amas. Por eso, sufres profundamente y lo último que sientes que debes hacer es pedirle ayuda. Prefieres esconderte en tu habitación, cerrar la puerta y ponerte a llorar en soledad. En este caso, el principal obstáculo para la reconciliación y la curación es el orgullo. Según el Buda no hay lugar, en el amor auténtico, para el orgullo.

Cuando sufras de ese modo, debes dirigirte a la persona amada y pedirle que te ayude. Ese es el verdadero amor. Debes ir más allá del orgullo y no dejar que te aísle. Siempre debes dirigirte a la otra persona.

Practica unificando antes tu cuerpo y tu mente y luego dirígete a la persona amada y pronuncia el cuarto mantra: «Querido, estoy sufriendo. ¡Ayúdame, por favor!». Esto es algo tan sencillo como difícil de llevar a cabo.



Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
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