domingo, 23 de junio de 2019

EL ARCO


Un guerrero, armado de la cabeza a los pies, dirigía su caballo hacia el bosque. Al verlo llegar, tan altivo, un cazador se asustó. Tomó una flecha y tensó su arco.

Al verlo así, dispuesto a disparar, el caballero le gritó:

"¡Detente! No te fíes de las apariencias. La verdad es que soy muy débil. Cuando llega la hora del combate, estoy más asustado que una vieja."

El cazador le dijo entonces:

"¡Vete! Afortunadamente, me has advertido a tiempo. ¡Si no, habría disparado contra ti!"

Las armas son, para muchos, la causa de la muerte. Puesto que tú eres miedoso, abandona tus flechas y tu espada.



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

COMPRENDER TU SUFRIMIENTO TE LIBERA DE ESE SUFRIMIENTO


sábado, 22 de junio de 2019

FÉRETRO


Un niño se lamentaba ante el féretro de su padre:

"¡Oh padre mío! ¡En adelante tu sitio estará bajo la tierra! ¡Querido padre! ¡Estás en una morada tan estrecha, tan desprovista de todo! ¡Ni manta, ni cojín, ni jergón! ¡Sin una vela en la noche ni pan durante el día! ¡Sin puerta, sin techo, sin vecinos compasivos! ¡Ni siquiera el olor de una comida! ¡Sólo una morada tan estrecha que cualquiera perdería en ella el color de su tez!"

Entre los asistentes, había un niño, llamado Dyuha. Se volvió hacia su padre y le dijo:

"¡Oh, padre! ¡Tengo la impresión de que lo que describe este niño es nuestra casa



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

BARRERAS CONTRA EL AMOR


ADVERTENCIA DE CONSUMO

viernes, 21 de junio de 2019

LA MENTE DEL GUERRERO

COMPRENDER ES LA CLAVE


DE LA AGONÍA AL ÉXTASIS

La alegría significa entrar en tu ser. Al principio resulta 
difícil, arduo. Al principio tendrás que enfrentarte con
el sufrimiento; el camino es muy duro. Pero cuanto
más te internes en él, mayor será la recompensa.

Comprender es la clave

HAY QUE COMPRENDER UNA COSA: que la iluminación no significa huir del dolor, sino comprender el dolor, comprender tu angustia, tu sufrimiento; no es una tapadera, ni un sustituto, sino una profunda comprensión: «¿Por qué soy tan desgraciado, por qué tanta angustia, tanta tensión, cuáles son las causas de que yo mismo cree todo esto?». Y ver claramente esas causas equivale a librarse de ellas.

Comprender tu sufrimiento te libera de ese sufrimiento, y lo que queda es la iluminación. La iluminación no te llega así como así. Viene cuando se han comprendido perfectamente el dolor, la desdicha, la angustia y la tensión y se han evaporado porque ya no existe causa alguna para que sigan existiendo en ti: ese estado es el de la iluminación.

Por primera vez en tu vida te proporcionará verdadera satisfacción, verdadera dicha, verdadero éxtasis. Y sólo entonces podrás comparar.

Lo que denominabas «satisfacción» no era satisfacción. Lo que llamabas «felicidad» no era felicidad. Pero ahora mismo no tienes nada con qué compararlo.

Cuando la iluminación te permita conocer un poco de lo real, verás que todos tus placeres, toda tu felicidad eran simplemente sueños, que no eran reales. Y lo que ha llegado ahora se quedará para siempre.

Ésa es la definición de lo real: una satisfacción que cuando llega no se va. Una satisfacción que viene y se va no es satisfacción; es simplemente un intervalo entre dos desdichas. Igual que llamamos «período de paz» al intervalo entre dos guerras, que no es en absoluto un período de paz, sino la preparación para otra guerra. Si la guerra es positiva, el período entre dos guerras es una guerra negativa, una guerra fría. Funciona soterradamente; estamos preparándonos para una guerra en toda regla.

Todo lo que viene y se va es un sueño. Vamos a definirlo así: todo lo que viene y no se va es real. 

Intenta comprender tu sufrimiento. Vívelo, profundiza en él, averigua la causa, por qué está ahí. Que la comprensión sea tu forma de meditación.

Y trata de comprender tu satisfacción también, tu felicidad, y verás lo superficial que es. Una vez que sepas que tu felicidad es superficial y tu angustia muy profunda -y es algo que tienes en tus manos-, podrás cambiar el funcionamiento de tu consciencia. Tu satisfacción puede convertirse en tu ser entero, sin siquiera un rinconcito para la insatisfacción.

Tu amor se convierte en tu vida entera. Y se mantiene. Pasa el tiempo, pero lo que has logrado sigue haciéndose más profundo. De él brotan sin cesar flores y cantos. Eso es lo que llamamos iluminación. Es una palabra de Oriente, pero la experiencia no tiene nada que ver ni con Oriente ni con Occidente.



Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet

ENSEÑANZAS


jueves, 20 de junio de 2019

EL PROPÓSITO DEL BUDISMO


Primero alcanza la iluminación,
luego instruye a todos los seres.

Hace muchos siglos, el filósofo griego Sócrates solía pasear por las calles y mercados de Atenas, enseñando a sus estudiantes. Les decía: “¡Tienes que conocerte a ti mismo! ¡Tienes que conocerte a ti mismo! ¡Tienes que conocerte a ti mismo!” Un día un discípulo le dijo: “Siempre dices que tenemos que conocernos a nosotros mismos. ¿Pero tú, te conoces a ti mismo?”

“No, no me conozco a mí mismo,” contestó Sócrates. “Pero comprendo este ‘no sé.’” Es una enseñanza muy interesante. La práctica budista señala a la misma experiencia, puesto que la mayoría de los seres humanos pasan sus vidas sin el menor sentido de quienes son.

Comprendemos muchas cosas de este mundo, pero no nos comprendemos a nosotros mismos. ¿Por qué hemos venido a este mundo los seres humanos?

¿Por qué vivimos en este mundo? ¿Por amor? ¿Por dinero? ¿Por respeto o fama? ¿Vivimos por nuestra esposa, esposo o niños? ¿Por qué vivimos en este mundo? Si alguien nos hace estas preguntas, tal vez respondamos: “Vivo por mis hijos. Vivo para ahorrar el suficiente dinero, o quizás simplemente para darme la buena vida.” La mayoría de las personas piensa así. Viven sólo para su familia, buscando alguna fugaz respetabilidad social, tal vez para gozar del arte o conseguir alguna posición de poder. Todo el mundo quiere gozar de una buena situación para sí mismo. Si observamos de cerca este mundo, es fácil ver que la mayoría de las personas comen, duermen y simplemente viven buscando su propia felicidad personal. Pero estas cosas no son el propósito real de la vida de los seres humanos. Son simplemente medios de vida provisionales para vivir en este mundo. Si los seres humanos no pueden descubrir quiénes son, ¿cómo podrán ser nunca felices?


Del libro:
La Brújula del Zen
Seung Sahn
Fotografía tomada de internet
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