sábado, 29 de septiembre de 2018

THE MIND UNRAVELLING ITSELF

¿PARA QUIÉN PUEDE SER ÚTIL EL BUDISMO ZEN?


Del documento:
Mapas de la mente: La meditación zen
(Colección Daidoji)
Fotografía tomada de internet

LA CÁRCEL


En 1984, enviado por alguna organización de derechos humanos, Luis Niño atravesó las galerías de la cárcel de Lurigancho, en Lima. Luis se abrió paso a duras penas y se hundió en el sopor, en el dolor, en el horror. En aquella soledad llena de gente, todos los hombres estaban condenados a tristeza perpetua. Los presos, desnudos, amontonados unos sobre otros, balbuceaban delirios y humeaban fiebres y esperaban nada. 

Después, Luis quiso hablar con el director de la cárcel. El director no estaba. Lo recibió el jefe de los servicios médicos. Luis dijo que había visto muchos presos en agonía, vomitando sangre o comidos por las llagas, y no había visto ningún médico. El jefe explicó: 

—Los médicos sólo entramos en acción cuando nos llama el enfermero. 

—¿Y dónde está el enfermero? 

—No tenemos presupuesto para pagar un enfermero.

ESO ES MALO


jueves, 27 de septiembre de 2018

EL RECLUSO


Un recluso iba a ser trasladado de una a otra prisión y para ello debía atravesar toda la ciudad. Le colocaron sobre la cabeza un cuenco lleno de aceite hasta el borde y le dijeron: 

--Un verdugo, con una afilada espada, caminará detrás de ti. En el mismo momento en que derrames una gota de aceite, te rebanará la cabeza. 

Se sacó al recluso de la celda y se le colocó un cuenco sobre la cabeza. 

Comenzó a caminar con mucho cuidado, en tanto el verdugo iba detrás de él. 

Había llegado a pleno centro de la ciudad, cuando, de súbito, también llegaron al mismo lugar un grupo de hermosísimas bailarinas. La pregunta es: ¿Logró el recluso no ladear la cabeza para mirar a las bailarinas y así mantenerla a salvo, o, por el contrario, negligentemente, miró a las bailarinas y la perdió? 

***

El Maestro dice:

ASUMIR LA PERDIDA


miércoles, 26 de septiembre de 2018

EL PASTOR DISTRAÍDO


Al atardecer, un pastor se disponía a conducir el rebaño al establo. Entonces contó sus ovejas y, muy alarmado, se dio cuenta de que faltaba una de ellas. Angustiado, comenzó a buscarla durante horas, hasta que se hizo muy avanzada la noche. No podía hallarla y empezó a llorar desesperado. Entonces, un hombre que salía de la taberna y que pasó junto a él, le miró y le dijo: 

--Oye, ¿por qué llevas una oveja sobre los hombros? 

***

El Maestro dice:

ACEPTAR O RECONOCER EL MOMENTO


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...