jueves, 6 de septiembre de 2018

COMO UN NIÑO


En Lockheed necesitaban una pieza para un avión nuevo y enviaron un comunicado a todo el mundo para ver quién presentaba la mejor oferta. De Polonia les llegó una oferta de tres mil dólares. Inglaterra se ofrecía a construir la pieza por seis mil dólares. Israel pedía nueve mil.

Richardson, el ingeniero encargado de la construcción del nuevo avión, pensó que lo mejor era ir a cada uno de los países para averiguar el porqué de la disparidad de precios. El fabricante de Polonia le dijo: «Mil para los materiales, mil para la mano de obra, y mil para los gastos indirectos y unos pequeños beneficios».

En Inglaterra, Richardson revisó la pieza y descubrió que no era mejor que la fabricada en Polonia. Preguntó: «¿Por qué piden seis mil dólares?». El inglés se lo explicó: «Dos mil para los materiales, otros dos mil para la mano de obra y otros dos mil para los gastos y un pequeño beneficio».

En Israel, el representante de Lockheed tuvo que llegar hasta un callejón en el que había una pequeña tienda, donde vio a un viejecillo, el que había presentado la oferta de nueve mil dólares.

-¿Por qué pide tanto? -le preguntó.

-A ver -dijo el viejo judío-. Tres mil para usted, tres mil para mí y tres mil para los gilipollas de Polonia.

El dinero, el poder, el prestigio: todo eso contribuye a hacerte astuto.

DESEMBARAZÁNDONOS


miércoles, 5 de septiembre de 2018

LA NOCHE


Cuando tenía siete años, Helena quiso descubrir la noche

Se hizo la dormida, y a la medianoche se escapó de la cama. En silencio se vistió de fiesta, como si fuera domingo o día de cumpleaños. Y con todo sigilo se deslizó hacia el patio y se sentó a conocer los misterios de la noche de Tucumán. 

Sus padres dormían, sus hermanas también. Helena quería saber cómo era el cielo mientras la gente dormía. Quería ver cómo crecía la noche, y cómo viajaban la luna y las estrellas. Alguien le había dicho que los astros se mueven, y a veces se caen, y que el cielo va cambiando de color mientras la noche anda, porque la noche nunca es negra como a primera vista parece. 

Aquella noche, noche de la revelación de la noche, Helena miraba sin parpadear. Le dolían los ojos, se estrujaba los párpados, volvía a mirar. El color del cielo seguía siendo negro como la tinta china y la luna y las estrellas seguían estando muy quietas, cada cual en su sitio. 

LLENO DE MUERTE


martes, 4 de septiembre de 2018

LA NATURALEZA DE LA MENTE


Se trataba de un hombre que llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente cansado y sudoroso bajo el implacable sol de la India. Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar bajo un frondoso árbol. El suelo estaba duro y el hombre pensó en lo agradable que sería disponer de una cama. Resulta que aquél era un árbol celestial de los que conceden los deseos de los pensamientos y los hacen realidad. Así es que al punto apareció una confortable cama. 

El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera masaje en sus fatigadas piernas. Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a procurarle un delicioso masaje. Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería poder degustar una sabrosa y opípara comida. En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares. El hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso. De repente le asaltó un pensamiento: “!Mira que si ahora un tigre me atacase!” Apareció un tigre y lo devoró. 

***

El Maestro dice:
Cambiante y descontrolada es la naturaleza de la mente. Aplícate a conocerla y dominarla y disiparás para siempre el peor de los tigres: el que mora dentro de ella misma.


Tomado del libro:
101 Cuentos clásicos de la India
Recopilación de Ramiro Calle
Fotografía de Internet
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