lunes, 16 de julio de 2018

EL INCRÉDULO


A pesar de la ascendencia que la palabra tiene sobre la mente humana, muchas personas dudan de la eficacia del mantra o fonema místico para canalizar la energía mental y motivarse espiritualmente. Tal es el caso de un incrédulo personaje que estaba escuchando a un yogui que declaraba: 

--Os puedo decir que el mantra tiene el poder de conduciros al Ser. 

El hombre incrédulo protestó: 

--Esa afirmación carece de fundamento. ¿Cómo puede la repetición de una palabra conducirnos al Ser? Eso es como decir que si repitiéramos “pan, pan, pan”, se haría realidad el pan y se manifestaría. 

El yogui se encaró con el incrédulo y le gritó: 

--Siéntate ahora mismo, sinvergüenza. 

El incrédulo se llenó de rabia. 

Era tal su incontrolada ira que comenzó a temblar, y furioso vociferó: 

--¿Cómo te atreves a hablarme de ese modo? ¿Y tú te dices un hombre santo y vas insultando a los otros? 

Entonces, con mucho afecto y ternura, el yogui le dijo: 

--Siento mucho haberte ofendido. 

Discúlpame. Pero, dime, ¿qué sientes en este momento? 

--¡Me siento ultrajado! 

Y el yogui declaró: 

--Con una sola palabra injuriosa te has sentido mal. Fíjate el enorme efecto que ha ejercido sobre ti. Si esto es así, ¿por qué el vocablo que designa al Ser no va a tener el poder de transformarte? 

***

El Maestro dice:

EL PODER DEL PASADO


domingo, 15 de julio de 2018

IDENTIDADES DE DOLOR


La primera cosa que tiene que recordar es esta: mientras usted construya su identidad a partir del dolor, no puede liberarse de él. Mientras una parte de su sentido de sí misma esté invertida en su dolor emocional usted inconscientemente se resistirá o saboteará cualquier intento que haga de curar ese dolor. ¿Por qué? Muy sencillo, porque desea mantenerse intacta y el dolor se ha convertido en parte esencial suya. Este es un proceso inconsciente y la única forma de superarlo es hacerlo consciente. 

Ver súbitamente que está o ha estado aferrada a su dolor puede ser algo bastante impactante. En el momento en que se da cuenta de esto, ha roto la fijación. El cuerpo del dolor es un campo de energía, casi como una entidad, que se ha alojado temporalmente en su espacio interior. Es energía vital que ha quedado atrapada, energía que ya no fluye. Por supuesto, el cuerpo del dolor está ahí por ciertas cosas que ocurrieron en el pasado. Es el pasado que vive en usted y si se identifica con él, se identifica con el pasado. Una identidad de la víctima es la creencia de que el pasado es más poderoso que el presente, lo que es contrario a la verdad. Es la creencia de que otras personas y lo que le hicieron son responsables de lo que usted es ahora, de su dolor emocional o de su incapacidad de convertirse en su verdadero ser.

ARRIESGA Y DESOBEDECE


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