lunes, 9 de julio de 2018

ACTITUD DE RENUNCIA


Ésta es la historia de dos sadhus.

Uno de ellos había sido enormemente rico y, aun después de haber cortado con sus lazos familiares y sociales y renunciar a sus negocios, su familia cuidaba de él y disponía de varios criados para que le atendieran. El otro sadhu era muy pobre, vivía de la caridad pública y sólo era dueño de una escudilla y una piel de antílope sobre la que meditar. Con frecuencia, el sadhu pobre se jactaba de su pobreza y criticaba y ridiculizaba al sadhu rico. Solía hacer el siguiente comentario: “Se ve que era demasiado viejo para seguir con los negocios de la familia y entonces se ha hecho renunciante, pero sin renunciar a todos sus lujos”. El sadhu pobre no perdía ocasión para importunar al sadhu rico y mofarse de él. Se le acercaba y le decía: “Mi renuncia sí que es valiosa y no la tuya, que en realidad no representa renuncia de ningún tipo, porque sigues llevando una vida cómoda y fácil”. Un día, de repente, el sadhu rico, cuando el sadhu pobre le habló así, dijo tajantemente:

--Ahora mismo, tú y yo nos vamos de peregrinación a las fuentes del Ganges, como dos sadhus errantes.

El sadhu pobre se sorprendió, pero, a fin de poder mantener su imagen, tuvo que acceder a hacer una peregrinación que en verdad le apetecía muy poco. Ambos sadhus se pusieron en marcha. Unos momentos después, súbitamente, el sadhu pobre se detuvo y, alarmado, exclamó:

--¡Dios mío!, tengo que regresar rápidamente.

CUANDO HACEMOS CAMBIOS


domingo, 8 de julio de 2018

ACCIÓN-CAMBIO


Los seres humanos necesitan acción a cualquier precio.
(Albert Einstein)

Todo proyecto ambicioso nos obliga a salir de la zona de confort. El mundo está cambiando constantemente y debemos adaptarnos. Los líderes de los nuevos tiempos son aquellos que, en vez de quejarse, buscan soluciones, ofrecen alternativas y actúan.

Y sin embargo, las alteraciones en la rutina, en el mundo conocido, nos dan miedo.

Sobre esto, Joe Dispenza, neurocientífico y ensayista, comenta que cuando cruzamos el río del cambio nos enfrentamos a dos peligros:

1. Los demás. A la gente no le gusta que cambiemos, aunque sea una cuestión de supervivencia. Se han acostumbrado a que seamos de determinada manera y les inquieta no tenernos «controlados» tal como nos conocen. Por eso cuando empezamos a nadar hacia la otra orilla nos gritarán que volvamos. Así que: nunca escuches a los demás cuando te has decidido a cambiar.

2. Nuestros propios temores. Dispenza afirma que el cambio es como cruzar un río de agua gélida. Muchos se tiran al agua y al llegar a la mitad del río dicen «¡está fría!», y regresan a donde estaban, a su zona de confort.

Nadie nos dijo que el cambio sería incómodo. Por lo tanto, la segunda ley sería: nunca escuches tus miedos cuando te has decidido a cambiar.

NO TODOS LOS MUERTOS ESTÁN EN EL CEMENTERIO


sábado, 7 de julio de 2018

SOBRE LA FELICIDAD


Primer palabra: el placer.

La segunda palabra que hay que comprender es la felicidad. El placer es algo fisiológico; la felicidad es algo psicológico. La felicidad es un poco mejor, algo un poco más refinado, un poco más elevado... pero no muy distinto del placer. 

Podría decirse que el placer es una clase más baja de felicidad y que la felicidad es una clase más elevada de placer: las dos caras de la misma moneda. El placer es un poco primitivo, animal; la felicidad es un poco más refinada, un poco más humana, pero es el mismo juego, que se juega en el mundo de la mente. No te preocupas tanto de las sensaciones fisiológicas como de las sensaciones psicológicas, pero no existe diferencia en lo fundamental.

Tercer palabra: la alegría.
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