martes, 19 de junio de 2018

EL FOTÓGRAFO


Hiladio Sánchez vive en la oscuridad, como los murciélagos. Como los murciélagos, ve por los oídos. Pero los murciélagos no saben sacar fotos, Hiladio es fotógrafo, y de los buenos. 

Era jugador de futbol, y de los buenos, hace veintipico de años. Jugando para la selección nacional de Cuba, un pelotazo lo tumbó. Parecía muerto. Tiempo después, despertó en el hospital. Estaba vivo. Estaba ciego. 

Además de ver por los oídos, Hiladio ve por los ojos de su imaginación y su memoria, y ha encontrado la manera de contarnos lo que ve. Cámara en mano, ejerce sus artes de manosanta de la imagen. Mide la distancia por los pasos, y ajusta el diafragma según el calor del día o la frescura de la tarde. Y cuando todo está listo, apunta y hace puntería guiado por las voces o por los silencios, que nunca están callados. 

Hiladio fotografía a sus vecinos, apoyados contra la pared marcada de cicatrices, y fotografía las sábanas colgadas del alambre y las jarras y los sartenes colgados de los clavos, el leve paso de las horas y las gentes, la luz del sol en el patio, y la sombra que la corta de un tajo. 

No fotografía la luz de la luna, aunque la conoce bien. Cada noche, esos dedos helados le tocan la cara. Es la luna, que lo llama. Y el ciego se hace el sordo. 

CARIDAD


lunes, 18 de junio de 2018

LAS DOS RANAS


He aquí una rana que había vivido siempre en un mísero y estrecho pozo, donde había nacido y habría de morir. 

Pasó cerca de allí otra rana que había vivido siempre en el mar. Tropezó y se cayó en el pozo. 

--¿De dónde vienes? -preguntó la rana del pozo. 

--Del mar. 

--¿Es grande el mar? 

--Extraordinariamente grande, inmenso. 

La rana del pozo se quedó unos momentos muy pensativa y luego preguntó: 

--¿Es el mar tan grande como mi pozo? 

--¡Cómo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal. 

Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, aseveró: 

--Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo; ¡nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí! 

GLORIFICANDO EL EGO


domingo, 17 de junio de 2018

EL PLACER DEPENDE DEL OTRO


El placer depende del otro. Si amas a una mujer, si ése es tu placer, esa mujer se convierte en tu dueña. Si amas a un hombre, si ése es tu placer y te sientes desgraciada y desesperada sin él, has creado tu propia esclavitud. Has creado una prisión; ya no eres libre. Si vas en pos del dinero y del poder, dependerás del dinero y del poder. Quien se dedica a acumular dinero, si su placer consiste en tener cada día más dinero, será cada día más desgraciado, porque cuanto más tiene, más quiere, y cuanto más tiene, más miedo tiene de perderlo.

Es una espada de doble filo: querer más es el primer filo de la espada. Cuanto más exiges, cuanto más deseas, cuanto más sientes que te falta algo, más vacío y hueco te sientes. Y el otro filo de la espada es que cuanto más tienes, más temes que te lo quiten. Te lo pueden robar.

El banco puede ir a la bancarrota, puede cambiar la situación política del país, hacerse comunista... Hay mil cosas de las que depende tu dinero. Tu dinero no te hace amo, sino esclavo.

El placer es algo periférico; por consiguiente, te hará depender de las circunstancias externas. Y es simple excitación. Si la comida es un placer, ¿de qué se disfruta realmente? Sólo del gusto... y eso durante unos momentos, cuando la comida llega a las papilas gustativas y notas una sensación que interpretas como placer. Es una interpretación tuya. Hoy puede parecerte un placer y mañana no. Si sigues comiendo la misma cantidad todos los días, las papilas gustativas dejarán de responder a la comida, y dentro de poco estarás harto.
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