viernes, 4 de mayo de 2018

MODELOS IMPUESTOS


-Anoche soñé que era niño -le contó Joe a Al-, y que tenía un pase gratis para todas las atracciones de Disneylandia. ¡Qué bien me lo pasé, oye! No tuve que elegirlas. Me subí en todas.

-Es curioso -dijo su amigo-. Yo también tuve un sueño muy vivido anoche. Soñé que una rubia guapísima llamaba a mi puerta y que me deseaba ardientemente. Justo cuando empezábamos a entrar en faena llegó otra visita, una morena que estaba buenísima y también quería acostarse conmigo.

-¡Vaya! -exclamó Joe-. ¡Me habría encantado estar allí! ¿Por qué no me llamaste?

-Te llamé -respondió Al-. Y tu madre me dijo que estabas en Disneylandia.

Tu destino sólo puede encontrarte de una manera: cuando floreces interiormente, como la existencia quería que fueses. A menos que encuentres tu espontaneidad, a menos que encuentres tu elemento, no puedes ser feliz. Y si no puedes ser feliz, no puedes ser meditativo.

¿Por qué surge en la mente de las personas la idea de que la meditación da la felicidad? En realidad, siempre que han encontrado a alguien feliz han encontrado una mente meditativa: las dos cosas van asociadas. Siempre que han encontrado a una persona en un entorno hermoso, de meditación, siempre han visto que esa persona era inmensamente feliz, resplandeciente de dicha, radiante. Lo asocian. La gente piensa que la felicidad llega cuando meditas.

Pues es justo al revés: la meditación llega cuando eres feliz. Pero ser feliz resulta difícil y aprender a meditar, fácil. Ser feliz supone un cambio drástico en tu modo de vida, un cambio brusco, porque no hay tiempo que perder. Un cambio repentino, una ruptura, una ruptura con el pasado. Un trueno y de repente se acabaron las antiguas costumbres; empiezas de nuevo, desde el principio. Comienzas tu vida de nuevo como lo habrías hecho si no te hubieran impuesto esa forma de vida tus padres, la sociedad, el Estado; como habrías hecho, como deberías haber hecho, si nadie te hubiera distraído. Pero te distrajiste.

OPORTUNIDADES


jueves, 3 de mayo de 2018

EL GATO


NO ES FÁCIL VIVIR CON UNA PERSONA ILUMINADA


Si su compañero está todavía identificado con la mente y el cuerpo del dolor mientras que usted ya es libre, esto representará un reto mayor, no para usted sino para su compañero. No es fácil vivir con una persona iluminada, o más bien, es tan fácil que el ego lo encuentra extremadamente amenazador. Recuerde que el ego necesita problemas, conflicto y enemigos para fortalecer la sensación de separación de la que depende su identidad. La mente del compañero no iluminado se sentirá profundamente frustrada porque sus posiciones fijas no encuentran resistencia, lo que significa que se tambalean y se debilitan e incluso corren "peligro" de derrumbarse completamente, lo que produciría la pérdida de la identidad. El cuerpo del dolor está pidiendo retroalimentación sin recibirla. La necesidad de discusión, de drama y de conflicto no se satisface. Pero atención: algunas personas que no responden, que se encierran, que son insensibles o están desconectadas de sus sentimientos pueden pensar, y convencer a los demás, de que son iluminadas, o al menos de que no hay "nada malo" en ellas y todo lo malo está en su compañero. Los hombres tienden a hacer eso más que las mujeres. Pueden ver a sus compañeras como irracionales o emocionales. Pero si usted puede sentir sus emociones, no está lejos del cuerpo interior radiante que hay bajo ellas. Si usted está fundamentalmente en su cabeza, la distancia es mucho mayor, y necesita traer la conciencia a su cuerpo emocional antes de llegar al cuerpo interior. 

Si no hay una emanación de amor y alegría, presencia completa y apertura hacia todos los seres, entonces no hay iluminación. Otro indicador es cómo actúa una persona en situaciones difíciles o amenazadoras o cuando las cosas "van mal". Si su "iluminación" es autoengaño del ego, entonces la vida pronto le ofrecerá un reto que sacará a flote su falta de conciencia en cualquier forma, como miedo, ira, actitud defensiva, juicio, depresión, etcétera. Si usted sostiene una relación, muchos de los retos le llegarán a través de su pareja. Por ejemplo, una mujer puede tener el reto de un compañero insensible que vive casi completamente en su cabeza. Se sentirá amenazada por su incapacidad de oírla, de darle atención y espacio para ser, lo que se debe a su falta de presencia. La ausencia de amor en la relación, que suele sentirse más agudamente por parte de la mujer que del hombre, disparará el cuerpo del dolor de la mujer y a través de él atacará a su compañero, lo culpará, lo criticará, le hará ver que está equivocado, etcétera. Esto a su vez se convierte en el reto de él. Para defenderse del ataque del cuerpo del dolor de ella, que ve como totalmente injustificado, se atrincherará aún más profundamente en sus posiciones mentales, mientras justifica, se defiende o contraataca. Eventualmente esto puede activar su propio cuerpo del dolor. Cuando ambos han sido dominados así, se ha alcanzado un profundo nivel de inconsciencia, de violencia emocional, de ataque y contraataque salvajes. No disminuirá hasta que ambos cuerpos del dolor se hayan reaprovisionado y entren en estado latente. Hasta la siguiente vez.

LA VIDA ES LA RELIGIÓN


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