viernes, 8 de diciembre de 2017

CAMINANTE, NO HAY CAMINO


Estaba en una ciudad extraña. Había llegado recientemente y tenía que tomar el tren temprano en la mañana. Pero cuando me levanté y miré el reloj, ya estaba retrasado y comencé a correr. Cuando llegué a la torre y miré el reloj, me alarmé aun más al pensar que iba a perder el tren. Mi reloj estaba atrasado. Comencé a correr... sin conocer la vía, sin conocer el camino... y las calles lucían limpias y desiertas. Era temprano en la mañana, una mañana fría e invernal, y yo no veía a nadie. 

De repente vi a un policía. Me llené de esperanza. Me acerqué al policía y le pedí que me señalara el camino. El policía me respondió: 'El camino ¿Por qué me lo pregunta a mí?' Yo le contesté: 'Porque soy extranjero en este lugar y no conozco el camino. Por favor indíqueme el camino y no pierda tiempo. Ya estoy retrasado y voy a perder el tren, y es importante para mí tomar el tren'. 

El policía se rió y dijo: '¿Quién puede mostrarle el camino a otra persona?' 

Al decir esto, el policía agitó la mano en señal despedida y se fue sonriendo. 

¿QUÉ NECESIDAD TENÍA DE GRITAR TANTO?


jueves, 7 de diciembre de 2017

UN PRESO SINGULAR


Era un hombre que había sido encarcelado. A través de un ventanuco enrejado que había en su celda gustaba de mirar al exterior. Todos los días se asomaba al ventanuco, y, cada vez que veía pasar a alguien al otro lado de las rejas, estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas. El guardián estaba realmente sorprendido. Un día ya no pudo por menos que preguntar al preso:

--Oye, hombre, ¿a qué vienen todas esas risotadas día tras día?

Y el preso contestó:

--¿Cómo que de qué me río? ¡Pero estás ciego! Me río de todos esos que hay ahí. ¿No ves que están presos detrás de estas rejas?
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