Estaba en una ciudad extraña. Había llegado recientemente y tenía que tomar el tren temprano en la mañana. Pero cuando me levanté y miré el reloj, ya estaba retrasado y comencé a correr. Cuando llegué a la torre y miré el reloj, me alarmé aun más al pensar que iba a perder el tren. Mi reloj estaba atrasado. Comencé a correr... sin conocer la vía, sin conocer el camino... y las calles lucían limpias y desiertas. Era temprano en la mañana, una mañana fría e invernal, y yo no veía a nadie.
De repente vi a un policía. Me llené de esperanza. Me acerqué al policía y le pedí que me señalara el camino. El policía me respondió: 'El camino ¿Por qué me lo pregunta a mí?' Yo le contesté: 'Porque soy extranjero en este lugar y no conozco el camino. Por favor indíqueme el camino y no pierda tiempo. Ya estoy retrasado y voy a perder el tren, y es importante para mí tomar el tren'.
El policía se rió y dijo: '¿Quién puede mostrarle el camino a otra persona?'
Al decir esto, el policía agitó la mano en señal despedida y se fue sonriendo.