Si A es el éxito en la vida, entonces A = X + Y + Z. Donde X es trabajo, Y es placer y Z es mantener la boca cerrada.
(Albert Einstein)
Existen cursos y talleres para aprender a hablar correctamente y de forma efectiva, pero en ningún sitio nos enseñan a mantener la boca cerrada cuando deberíamos hacerlo.
Hablar lo justo, medir nuestras palabras y, en muchas situaciones, saber callar forma parte de esa fórmula del éxito que Albert Einstein dio a uno de sus alumnos.
La economía de las palabras es una opción muy valiosa tanto para las relaciones privadas como para el mundo laboral. Las personas empáticas saben escuchar y observar, y hablan solo cuando es necesario y beneficioso hacerlo.
Aprendemos mucho más prestando atención que hablando. De hecho, muchos problemas no llegan a resolverse porque el ego nos empuja a tener la razón y no tenemos en cuenta el punto de vista del otro.